La naturaleza en todas sus facetas tiene su encanto. Es sin duda, lo más sublime y hasta la fuerza más grande.

Mi primera fotografía es el resultado de una tarde con mucho calor y una espera muy larga.

Mientras estaba sentada en un punto alto de la Ciudad, en donde se puede apreciar a lo lejos, nuestro majestuoso Orinoco, algunos lugares del Casco Histórico y una gran vegetación.

Es un lugar que te llena de paz, y entre refrescos y agua para pasar un poco el calor, me qudé viendo el vaso y ahí estaba, la naturaleza haciendo lo suyo.
De fondo, una combinación de ese paisaje verde, con su cielo azul y blanco; y esa tonalidad grisácea que daba el río.

_{@gsiscolors | Estado Bolívar-Venezuela}

En el vaso de cristal, el agua en dos de sus estados, sólido y líquido. Poco a poco los cubitos de hielo se derretían, y el agua corría por la mesa de madera, ya un poco vieja.

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También podemos ver su encanto en una pequeña mariposa, pasearse de flor en flor en el jardín, buscando su alimento, logrando así llevar vida de planta en planta.

_{@gsiscolors | Estado Bolívar-Venezuela}

Estas voladoras alegran los ojos de quien las observa, con sus colores tan vivos y cautivadores al mirarla.

Y al pasar a la tercera fotografía, otro animal encantador que nos ofrece nuestra Naturaleza es el Mono.
Recorriendo el Parque La Llovizna en el Estado Bolívar ya cuando regresabamos en la caminata sin haber podido verlos, de pronto apareció uno para despedirnos, siendo el protagonista entre los árboles, sus ramas y bejucos. Amablemente se queda detenido en una pose para mostrarnos su belleza y poder fotografiarlo.

_{@gsiscolors | Estado Bolívar-Venezuela}

Tenemos mucho que admirar, disfrutar y agradecer.

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