Querido diario:

Un día más juntos en esta travesía, esta mañana desperté y como de costumbre lo primero que hice fue agradecer al Altísimo por un nuevo amanecer, luego me levanté fui al baño hacerme el aseo personal y seguidamente preparé el desayuno.

Pensé en hacer varias cosas productivas durante el día, entre ellas realizar unos poemas pero no todo lo que uno piensa le sale bien, al terminar mi desayuno tocaron fuertemente mi puerta; era mi vecina Hilda para avisarme que el pozo que mandamos hacer para surtir de agu los 64 apartamentos ya tenía agua suficiente por lo que decidieron colocar la bomba y manguera para que llenaremos nuestros tanques, no me quedó de otro que ir con mis hijos a cargar agua hicimos la cola para esperar nuestro turno de llenar los botellones, una vez llenos mi hijo mayor y yo regresamos al apartamento y los vaciamos en el tanque mientra que mi hijo pequeño se quedaba en la cola.

Dimos alrededor de ocho viajes para llenar los botellones pero gracias a Dios logramos llenar el tanque y ahora si tengo el vital líquido.

Luego realicé el almuerzo rápidamente al cual no le tome foto por el apuro y lo tarde que era, ya todos teníamos hambre; menos mal tenía caraotas congeladas y lo que hice fue un arroz y tajadas. Al terminar de cocinar me bañe nuevamente porque estaba muy sudada, ya los muchachos se habían bañado y entonces almorzamos al terminar reposé un poco y me acosté dormí alrededor de tres horas de verdad que estaba cansada.

Al levantarme serian las 6:30pm ordené un poco el apartamento, luego hice la cena, arepa para los muchachos y para mi avena cocida al ver que no había mucho más que hacer decidí contarte lo que fue mi día.

Ya es hora de despedirnos esperando podamos tener otra oportunidad de encontrarnos mañana.

Hasta el próximo encuentro.