Terranova: Constancia.

¿Qué esperan? Sean pronto embajadores
de cielos y mares, yo les exijo.
Aprovechen hoy que aún le dirijo
y llámense, sin más, Conquistadores.

Descarguen con rapidez de las naves
la voluntad vestida de granito
que les hizo atravesar nebulosas.

Hagan de este mundo un lugar bendito,
llenándolo bien de lugares claves
donde nuestras gentes vivan dichosas.

Cosechen, míos, el fruto del viento
y esparzan a caudales la herencia
que nuestra odisea dio en experiencia
para que, digna, perdure en el tiempo.

Vayan regios tras la gloria que siento.
Esmeralda arbolada de opulencia
colmada de nubes, ¡ay! en esencia
guiadas por el firmamento sediento.

Dejamos muy atrás la añoranza
agria que bien nos anclaba a la Tierra
para ahora gozar en abundancia,

a la vista de esta genuina sierra,
de una nunca antes vista gran bonanza
que llamaremos, sin duda, Constancia.

Mi poema está compuesto por par de sonetos en su concepción tradicional de catorce versos endecasílabos. Cada uno cuenta de cuatro estrofas, divididas en dos cuartetos y dos tercetos de rima consonante.

Esperando que este viaje haya sido placentero para ustedes, les deseo nada menos que la conquista impostergable de este día.