Había una familia que vivía en el centro de la ciudad en una capital de un país, eran acaudalados y tenían dos hijos una hembra y un varón, siempre estudiaron en colegios y universidades pagas cada uno tenía carro y siempre estaban a la moda en todo, sus padres eran empresarios tenían varios negocios, la hija se llamaba Elvira y trabajaba de gerente en una de las grandes empresas de sus padres, era soberbia siempre le gustaba humillar a los empleados, casi nadie en la empresa la quería, sus padres y su hermano se lo decían pero ella no cambiaba su forma de vida.

El abuelo vino de visita a ver a la familia, era un hombre muy sereno y digno de confianza y humilde, hablaba y llegaba al corazón de las personas, el abuelo se dio cuenta por lo que estaba pasando su nieta y hablo con ella y le dijo yo te amo mucho y quiero que en el futuro mejores tu forma de ser, tienes que ser humilde y te voy a explicar que es ser humilde para que no se te olvide jamás. La humildad es una cualidad humana que es atribuida a toda persona que se considera un ser pequeño insignificante, una persona humilde debe ser modesta y vivir sin mayores pretensiones, es tener conciencia de nuestras virtudes y defectos, la humildad es opuesta a la soberbia y a la arrogancia, hay que vivir armoniosamente en sociedad, las personas que actúan con humildad son modestas y sencillas, no tienen complejos de superioridad y respeta profundamente a las personas de su congéneres, haciendo así resplandecer la armonía pues emanan simpatía, colaboración y nobleza, la nieta escuchaba a su abuelo pero se sentía renuente a seguir totalmente sus consejos pues ella se sentía superior a las personas con los cuales compartía, el abuelo le dijo el tiempo te cambiara, la vida depende de todos y no de una sola persona.

Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. (Efesios 4:2)