Era una mañana calurosa parecía que el sol del día anterior había dejado vestigio de su calor toda la noche. Al despertarse Josefina sintió un olor extraño parecía provenir de las rejas de enfrente tenía temor de salir, porque ya habían sucedido cosas extrañas.

No quiso llamar a su esposo Simón que reposaba en la cama después de una noche de mucha fiebre.

Pero la mujer se armó de valor y salió a ver lo que pasaba, en frente de su puerta habían dejado una bolsa negra en la cual estaba un perro muerto, era un perrito callejero que se echaba en frente y ella le daba alimento.

Josefina no aguanto y se pudo a llorar mientras trato de levantar la bolsa para enterrar el animal.

Pero debajo salió una hoja que decía esto le va a pasar a todo el que pise tu puerta. La mujer corrió dentro a ver a su esposo. Y lo encontró temblando de la fiebre, la cual había comenzado la noche anterior si motivo aparente.

Como pudo lo llevo hasta el carro. Allí coloco sus cosas de valor algo de ropa y comida y salió de esa casa que ahora estaba maldita con la muerte de un inocente.