Hace unos años mi profesión de docente dio un vuelco, y surgió la propuesta de trabajar como directivo, creo que mi cuerpo se estremeció pero quise apoyar a un amigo.

Desde ese momento todo cambio, y me sentía estresada todo surgía algo de último momento, así es la educación de mi país.

Siempre trataba de cumplir y mis compañeros fueron un gran apoyo, pero sentía que algo me faltaba.

Tener que lidiar con algunas cosas se convirtieron en un tormento y ya no disfrutaba de lo que estaba haciendo.

Así que inevitablemente me enferme, creo que más que un mal del cuerpo era algo mental. Y lo comprobé cuando en esos días venía mi sobrina a casa para que la ayudará con las tareas y eso me relajaba.

Fue entonces cuando me di cuenta que mi vida está en ser docente de aula. Y ahora que regrese al liceo fue lo que solicité, aunque mis compañeros no estuvieron de acuerdo enseñar es lo que me hace feliz y solo por eso regreso.