¡¡NUEVO CONCURSO!! | "Una imagen, una historia" /La injusticia

Saludos a todos los participantes.

Invito a @esthersanchez y @oacevedo a participar en este concurso promovido por @franyeligonzalezen #wordofxpilar como "Una imagen, una historia"

[Fuente](Imagen de oscar h en Pixabay)

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La injusticia

Virginia estaba atrapada en una prisión lúgubre y absurda por un crimen que no había cometido. Sus manos se aferraban cansadas a las frías barras de la reja como una araña atrapada en su propia red. Se entretenía mirando sus manos y las venas se destacaban como finos filamentos de plata tejidos en una telaraña.

Se sentía desesperada y su mente estaba presa en un laberinto de tristeza. Cerró los ojos y dejó que las lágrimas corrieran por sus mejillas. Sabía que no tenía escapatoria, sus manos seguirían atrapadas en las frías barras de la reja.

De pronto, sintió un cosquilleo en sus dedos y abrió los ojos. Una pequeña araña se deslizaba entre sus dedos y desaparecía en la oscuridad. Ese instante de alivio y esperanza se desvaneció rápidamente cuando la realidad volvió a golpear.

Ella había sido condenada injustamente y no había forma de demostrar su inocencia. La justicia no estaba de su lado y nadie la creía. Cada día que pasaba en la prisión era un recordatorio constante de su insólita situación.

Se aferró a sus manos como una araña a su propia telaraña, pero esta vez, no para liberarse, sino para aceptar su destino. La tristeza y la desesperación se convirtieron en una carga constante que la acompañó hasta su último día de encierro.

A pesar del tiempo y sus esfuerzos, Virginia nunca logró demostrar su inocencia y su vida se convirtió en una constante batalla contra las barreras que le impedían vivir libremente. Cuando finalmente fue liberada, ya era una persona muy distinta, abatida por las penas y las circunstancias.

No había forma de recuperar todo el tiempo que había pasado en prisión, y la injusticia que sufrió nunca podría ser borrada. Su historia es el triste recordatorio de cómo la sociedad puede ensañarse con alguien y no permitir un final feliz para aquellos que han sido atrapados en la telaraña de los perjuicios.