Últimamente mis salidas son muy pocas y en cuanto tengo la oportunidad, trato de no olvidar llevarme una imagen para el recuerdo. Los paisajes que más disfruto son los marinos y las carreteras largas en las que puedo disfrutar además del paisaje, el simple hecho de rodar.

Sin importar el tiempo que esté en el camino, el paisaje y sus encantos siempre serán un excelente lugar para estar. De niña papá nos enseñó a amar el mar con todo lo que esto significa. La arena, la playa, las grandes rocas. Todo lo que constituye uno de los más relajantes sitios en el mundo. Muchas veces por estar ocupados en la parte laboral y el ajetreo de la vida olvidamos dedicarnos un tiempo para el descanso y la recreación y también que las horas que dedicamos al trabajo deberían ser compensadas con el doble de tiempo para el cuidado mental y a uno mismo.

Como al principio les comentaba, siento que la magia de salir no solo radica en llegar a mi destino sino disfrutar el viaje y tomar en cuenta las bellezas que se presentan en el camino. Hay quienes dicen que quienes viajan y conocen sitios nuevos obtienen beneficios maravillosos para tu salud, yo creo que los sitios ya conocidos pero en los cuales nos sentimos bien también son medios maravillosos de salud física y mental. Cuando salimos damos origen a recuerdos y nuevas experiencias, salimos de la monotonía y nos sentimos satisfechos. Cuanto más lindos y productivos hayan sido nuestros momentos, mejor calidad de vida tendremos. .