Seis décadas viviendo entre lo dulce y lo amargo

Imagen tomada de @franyeligonzalez.

SEIS DÉCADAS ENTRE LO DULCE Y LO AMARGO
Los dos iban por el camino hacia el parque.

• No se me quita esa molestia en las rodillas –se quejó ella.
• Agárrate de mi brazo. Falta poco -respondió él.
• ¿Trajiste tu pastilla de las once de la mañana?
• Qué va. Se me olvidó. Pero creo que por eso no me va a dar una moridera.
  Hubo una pausa y ella dijo:
• Hay mucha maleza. A los parques no les hacen mantenimiento como antes.
• No critiques tanto. El parque aún existe y nosotros también.
• Sí. Ya son 60 años desde que tú y yo comenzamos. Fue un día como hoy 21 de septiembre.
• Septiembre: un mes de felicidad. En septiembre también nació nuestra primera chica.
• Por cierto que quedé en llamarla a medio día, pero creo que se me olvidó el teléfono.
• No importa. La llamas después. Los celulares son unos ladrones del tiempo.
• Lástima. Hubiéramos tomado unas fotos.
• Cuando éramos novios no teníamos celulares.
• Sin embargo, había las cámaras tradicionales. De esas que uno les metía un rollo.
• Ahí están aún los viejos bancos de cemento y la mesa –dijo el hombre mientras llegaban a donde acostumbraban hacer el picnic.
• ¡Uf! Menos mal que llegamos. Ahora me canso más al caminar.
  Quitaron las hojas secas y sacudieron el polvo; acomodaron las bolsas y tomaron asiento.
• ¿En qué momento pasaron tantas cosas?
• ¿Cuáles cosas, mujer?
• Las de nuestra vida. Parece que fue ayer, como dice la canción.
• Sí. Son 60 años que parecen un instante. Seis décadas soportándonos el uno al otro y compartiendo lo dulce y lo amargo. Hay más de lo bueno que de lo malo.
• Qué mañana tan preciosa. Mira, ¿cómo es que se llama ese pajarito amarillo con negro?
• Es un gonzalito.
• Cuando canta parece una persona silbando. Me hace recordar a mis niños. Se traían unos binoculares para observar las aves.
• Sí. También traían a sus perros.
• Los perros eran como otros niños, como hijos adicionales -la mujer suspiró e hizo una pausa-. A veces me pregunto si llegar a viejo es estar realmente vivo o es estar muerto de forma anticipada.
• No hables más de cosas deprimentes, mujer.
• La nostalgia me pega con fuerza –lloró.
• Ya, ya, ya. No eches a perder nuestro aniversario. Ya son 60 años juntos. Muy pocos hoy en día se dan ese lujo. Alégrate.
• No es fácil.
• Creo que ya me está dando hambre. Comámonos un sanguchito de jamón de pavo con un juguito de naranja.
• Está bien, está bien –la mujer se secó el rostro con un pañuelo y mirando hacia los árboles volvió a decir-: ¡Guau! Qué mañana tan preciosa.

Invitando a: @tocho2, @mariami