Nuevo concurso: Una imagen una historia/ "La atracción del abismo"/ por @cruzamilcar63

No pudo hacerlo. En cuanto terminó con su jornada laboral, se subió al ascensor y desde el quinto piso ascendió hasta la propia azotea de la Torre Imperial, preparado mentalmente para asomarse al insinuante vacío; sin embargo, una vez que estuvo en la cúspide, un viento frío y alocado le silbó en los oídos, tuvo que cubrirse las orejas con las palmas de las manos porque sintió que había perdido la audición; apenas pudo dar dos pasos hacia el frente, las piernas le temblaban y debía buscar algún punto de apoyo, de lo contrario corría el riesgo de caer en el suelo. Se recostó de un pilar que estaba a su izquierda y comenzó a reírse de sí mismo. Esto no es tan fácil como yo pensaba, se reprochó, la cobardía es un fantasma que nunca se aleja.

_{Fuente/ Imagen propuesta por el concurso}

Hoy sí podré, ya conozco mejor cómo es la situación allá arriba; caminaré hasta el propio margen del precipicio para demostrarle cuánto me atrae. Volvió a subir al otro día. Esta vez iba equipado con un gorro de alpinista que le cubría las orejas y unos anteojos que le permitían mantener los ojos bien abiertos a pesar del polvo. Apenas puso un pie en la enorme azotea intentó quedar bien plantado sobre el piso para que no sucediese lo mismo que la vez anterior. El estremecimiento frío, sin embargo, le volvió a subir por las piernas y amenazaba con apoderarse de todo el cuerpo; trató de no hacerle caso, observó con atención la cornisa para comprobar que no estaba construida con la suficiente altura para detener a quien quisiera escuchar el misterioso llamado del abismo.

Ya había decidido caminar hacia allá, cuando escuchó la voz de mujer que venía desde la derecha. Hola, le dijo, tengo compañía, eso sí es raro, a casi nadie le atraen estas alturas intimidantes. Estaba muy tranquila, recostada de una pequeña casilla, que él ni siquiera había visto hasta ese momento, fumándose un cigarrillo, mientras dejaba que el viento impertinente batiera su pelo sin consideración alguna. Contrariado, porque lo último que pensaba era encontrar testigos de su cobardía en la cúspide de la Torre Imperial, se acercó a la bella dama que lo miraba sonreída.

Ella le dijo que tenía por costumbre subir hasta esas cimas porque experimentaba una agradable sensación de libertad y de poder, al mismo tiempo, mirando desde su posición el mundo empequeñecido que titilaba allá abajo, como minúsculas piezas en un tablero; eran unos minutos felices que pasaba allí sin que nadie perturbara su imaginación. Él, en medio de un arranque de sinceridad, e interesado en conocer su reacción, le confesó que quería acercarse al abismo y comenzó a caminar hacia allá. Ella le gritó, angustiada, que no hiciera eso; esa cornisa no tiene suficiente altura para proteger al que se acerque mucho, cualquiera se cae al vacío si se asoma solo un poco, gritó con el terror dibujado en el rostro…

No le hizo caso, continuó impertérrito su camino hacia el final de la azotea. Como un último recurso ante la desesperación, ella lo tomó fuertemente por un brazo. Él volteó exhibiendo una sonrisa nerviosa, ya con medio cuerpo hacia afuera, y le dijo: Está bien así porque tengo mucho miedo, no te creas. Entonces extrajo su teléfono móvil de un bolsillo y tomó rápidamente tres fotografías del profundo paisaje urbano. Luego corrió hacia atrás y cayó exhausto en el suelo. Ella exhaló un hondo suspiro y le reprochó:

-¿Eso era todo, tanto susto para qué?

-Ahora tomo una imagen de mis piernas, dijo él complacido, la paso por un borrador de fondos y la inserto en la mejor de estas imágenes. ¡Va a quedar brutal!

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_{Invito a las amigas: @zorajaime y @evagavilan. Por aquí les dejo, para ellas y todos quienes deseen participar, el link del concurso.}