Nuevo Concurso/ Frases motivadoras/ @cruzamilcar63

Cuéntamelo y me olvidaré. Enséñamelo y lo recordaré. Involúcrame y lo aprenderé.
Benjamín Franklin

Reflexionando sobre este pensamiento de Benjamín Franklin, recordé lo que en una ocasión nos refirió el magnífico profesor José Luis Gómez para explicarnos que la excelencia se logra solo cuando nos encontramos verdaderamente interesados en aprender. "Por qué a un estudiante de administración, nos preguntaba él, le cuesta tanto dominar los conocimientos que un empleado de banco, con mucho menos preparación académica, logra en seguida incorporarlos a sus destrezas laborales." Y después de un breve silencio en el aula respondía: "Porque el alumno solo desea aprobar, así sea con la nota mínima, para continuar adelante con su carrera; mientras que el funcionario necesita demostrar que está preparado para ocupar un rango más alto, lo cual representa la consecución de un propósito que lo promueve como hombre exitoso y le aporta beneficios económicos."

_{Fuente. Modificada con Bitmoji y PowerPoint.}

Debo aclarar, por si acaso, que el profesor Gómez, cuando hacía estas alusiones, se refería siempre a los estudiantes que no se preocupaban por obtener un buen promedio de calificaciones. Pero si dejamos de lado una serie de consideraciones sobre la responsabilidad de los jóvenes universitarios para cumplir cabalmente con su rol de estudiantes, podemos darnos cuenta de que, a diferencia de estos, un empleado bancario adquiere sus conocimientos desde la práctica, a medida que ejerce sus funciones, es decir, involucrado en el manejo de las operaciones propias de su entorno laboral. Lo más probable es que nadie se esté ocupando de contarle o de enseñarle lo que debe saber, pero él se empeña en descifrar, en comprender, todo aquello que ignora porque está consciente de que esto lo ayudará a ascender en las posiciones del organigrama empresarial.

"Se aprende en gerundio," nos recuerda una antigua sentencia que, si la examinamos con atención, comprobamos que se relaciona, de manera directa, con las palabras de Benjamín Franklin. Es decir, a cantar se aprende cantando, a investigar se aprende investigando, a tejer se aprende tejiendo… No existe, quizás, otra manera de hacerlo. Porque es probable, por ejemplo, que nuestro interés por asimilar cualquier aprendizaje nos induzca a escudriñar todas las teorías o referencias que existan sobre el asunto; y puede suceder también que esa misma disposición nos oriente hacia la observación de algún experto que se encuentre llevando a cabo aquello que deseamos aprender; en este caso detallamos cómo lo hace esa persona, cuáles son los materiales que se necesitan, qué técnicas utiliza y cuáles son los pasos para completar el proceso.

En un determinado momento, nos sentiremos, por supuesto, capacitados para realizar esa actividad a la cual nuestro interés le ha dedicado toda su atención. Sin embargo, estamos plenamente conscientes de que, a pesar de toda la información que hemos recopilado y de la confianza que nos proporciona nuestra actitud para el trabajo, hasta que no nos dispongamos a llevar a la práctica todo el caudal de conocimientos y estrategias que hemos obtenido, no sabremos a ciencia cierta si somos capaces o no de realizar aquello en lo que hemos centrado nuestras ocupaciones.

Es obvio, entonces, que se aprende con la práctica y que es estrictamente necesario sentirse interesado, motivado, por las destrezas o aprendizajes que deseamos obtener para involucrarnos profundamente en ellos hasta lograr dominarlos.

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Invito a los amigos: @eve73, @tahispadron y @felixgarciap. Para todos quienes deseen participar, por aquí les dejo la información.