Creando Microrrelato: Semana #27/ El buen juicio de Chester

Diez meses atrás, un perro rabioso lo había atacado en la calle. Por fortuna Rafael, su padre, y otras personas que se encontraban cerca pudieron detener el animal antes de que le hiciera daño, pero el niño, desde ese día, había desarrollado un terror inmenso hacia todo ejemplar de la raza canina. Es una cinofobia severa, dijo el psiquiatra, debemos buscar un método para hacérsela desaparecer gradualmente.

_{Fotografía tomada por el autor en la casa de un amigo, residenciado en Puerto Píritu, estado Anzoátegui, Venezuela.}

Todas las tardes, nuestra amiga Lourdes dejaba a su perro, Chester, en la casa para que lo amarráramos en el patio, con el propósito de que el niño fuese perdiéndole el miedo poco a poco. Al tercer día observamos que se le acercó y una semana más tarde, nuestro hijo se atrevió a acariciarlo, con mucha precaución todavía, por la parte trasera, cerca del rabo.

Todo iba muy bien hasta que Lourdes nos dijo que su marido, para sacarla de sus casillas, se había llevado el perro hacia otra ciudad. Fue una noticia que nos dejó desarmados, porque había que comenzar de nuevo. Sin embargo, esa misma tarde Chester llegó solo a nuestra casa, extremadamente cansado, y se colocó junto a la cadena para que lo atáramos.

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_{Para todos quienes deseen participar en este desafío narrativo, moderado por @adeljose, por aquí les dejo el link del concurso.}

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_{Nota: La fotografía fue tomada con una cámara Sony, modelo DSC-W180.}