Creando Microrrelato: Semana #18/ "El sendero de los duendes"

El sendero seguía allí, invitándolo a caminar para descubrir el misterio. Tenía ocho años apenas cuando se arriesgó a internarse por esos solitarios parajes. Una extraña curiosidad, al principio, lo mantuvo ensimismado, disfrutando de la naturaleza. Pero después fue aquel silbido insistente e hipnótico lo que le obligó a continuar el trayecto. Entonces lo vio: era una persona pequeña, con un sombrero enorme que le tapaba el rostro. Huyó, aterrado, porque así era como la abuela describía los duendes que acostumbraban a robarse a los niños.

Ahora era un adulto, ya no tenía miedo. Sin embargo, la piel se le erizó cuando escuchó el mismo silbido. El temor no lo detuvo; agudizó la vista para que penetrara en la arboleda y allí estaba, con el inmenso sombrero. Más allá había una casa de donde salió una mujer gritando: “Deja ya la pendejada, Florentino, que ese no es el muchachito de antes que tú vas a asustar…”