El éxito llega muy pocas veces llega de sorpresa a nuestra vida, una cosa es un momento de felicidad y otra es el éxito, está palabra es reflejada en nuestra vida cuando alcanzamos la plenitud verdadera; en sí todos tenemos la oportunidad de percibir el éxito pero son pocos los que se determinan a actuar correctamente, a acatar los parámetros del éxito que se basan en la voluntad del Creador.

Porque sí existe alguien que nos puede llevar al éxito, es quien empezó la obra en nosotros y aquel que se le ocurrió crearnos, hasta formarnos en sus manos. Son muchos los que hoy corren, ya otros son los que se cansan o frustran por no conseguir el éxito en sus vidas, pero aquellos que día a día se levantan con una esperanza y siguen el propósito indicado llegarán a ver el éxito que se refleja como la gloria que es aún mayor de lo que se puede pensar o imaginar.

Procura siempre verte como un exitoso, porque los primeros que fracasan son los que pierden la visión, y se encierran en el desánimo y la desmotivación; aún cuando no estés muy bien de ánimos ¡Da lo mejor de tí!.

Guardar amor en nuestro corazón es lo que le dará sentido a esta meta; y lo que nos impulsará a ver la realidad del éxito e incluso gozarnos al poder vivenciar está experiencia es amar. Una relación, familia o servicio es exitos@ cuando su fundamento es el amor, en conclusión el éxito es Dios ya que Él significa AMOR.