Es válido creer que Dios hará un milagro, también es aceptable alegrarse por todo lo que ha creado el fundador de los cielos; ambas cosas le dan sentido a la vida y llenan nuestro interior.

Está fotografía es especial porque en ella se refleja un atardecer que no podré olvidar y dónde quedó al manifiesto la majestad del Creador, aquellos que han creído son sus hijos y todo lo que existe forma parte de su creación. Entre todas las cosas, una de mis favoritas es el ocaso ya que cada vez es distinto y único; me encanta lo original que es Dios al trazar sobre este lienzo todas las tardes, en oportunidades el azul del cielo se intensifica y otras veces le añade un rojo intenso a la escena que nos transporta hacia las nubes y hasta llegó a imaginarme como un águila que alza vuelo entre ellas.

Incluso me gusta mucho el paisaje que se logra visualizar en la fotografía, ya que al fondo las montañas se denotan con profundidad y al frente las calles son alumbradas con un contraste significativo. En la esquina de la cuadra un joven con su guitarra que sueña con llegar muy lejos pero no para vanagloriarse sino para disfrutar de los talentos que Dios le ha otorgado, aprovechando los momentos buenos para sonreír y los malos para afianzar aún más su fé, se mantiene firme como los trazos de Dios en los cielos.

¡Que curioso! pareciera que en los atardeceres las nubes se quedarán paralizadas por unos minutos permitiendo el cielo fascinarnos por el show que resplandece y en dónde el sol se despide hasta el otro día.

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Está es mi entrada para el nuevo concurso promovido por mi amiga @franyeligonzalez que trata de colocar como protagonista una fotografía. Sí deseas participar ve a este LINK.

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