“¿A dónde vamos, mamá? tengo miedo...” logró responderle: “Silencio pequeño todo estará bien...”; les contaré como llegamos a este punto de dificultad.

Mi esposo siempre llegaba tomado a la casa y me golpeaba, ya no soportaba su actitud y además no aportaba nada para la comida. La situación en mi país llegó a estar sumamente grave, e incluso no estoy trabajando porque debo cumplir con las labores del hogar y atender a mi pequeño.

Aquella noche fue horrible, toda la comunidad estaba silenciosa y llegó él sacándome de la cama y mandándome a cocinar, le respondí que todo se encontraba en la mesa, sin embargo me sacó de mi aposento y me tomó de los brazos con fuerzas, ya no aguantaba así que saqué la navaja y un solo puñal bastó para tirarlo al suelo. Corrí al cuarto de Tobías, tomé la maleta que tenía guardada de emergencia y escapé sin mirar atrás; ví el rostro asustando de mi hijo y me tendí en llanto durante unos minutos, subimos al bus que nos dejaría en San Antonio del Táchira.

Ya en la zona fronteriza, mi hijo me pregunta: “¿Qué hacemos aquí?”, únicamente le dije: “¡Iremos de aventura!” y caminamos rumbo al puente pero cuando ya íbamos a llegar, crucé hacia los montes y le grité a mi pequeño que corriera, debía hacerlo porque no tenía pasaporte ni más dinero, en el recorrido pasamos el río y al otro lado unos hombres me expresaron unas palabras que me llegaron de temor: “¿a dónde va, señorita?”, en eso hicieron señas y nos tomaron a la fuerza, con las manos taparon nuestra boca y nos lanzaron dentro de una camioneta, todo estaba oscuro cuando escuché:

“¿A dónde vamos, mamá? tengo miedo...” logró responderle: “Silencio pequeño todo estará bien...”

El Fin

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Este microrrelato es basado en hechos reales de la situaciones que han acontecido en la zona fronteriza entre Venezuela y Colombia, además es mi participación en el concurso "Creando Microrrelato Semana #6" propuesto por @adeljose.

Vamos por más ★

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