Hace más de media hora que dejamos el planeta tierra atrás, las densas nubes ya no las puedo apreciar, nos encontramos envueltos en la nada, sólo planetas cuya luz no nos deja divisar lo que está delante, el teniente José Pink, al mando de la pequeña nave.

Se observa a lo lejos lo que parece una roca cubierta por una enorme cantidad de agua.

-Acuosa! , dice balbuceando el teniente.

-Acuosa? Repetí en voz alta.

-Sí, dice el teniente, existe una enigmática leyenda de este planeta, no pensé que el destino nos traería la sorpresa de encontrarlo, se cuenta que sus habitantes son seres acuáticos cuyo aspecto es similar a una gota de agua y su presencia es tan deslumbrante y pura que transforman profundamente el alma de quien logra verles, revelando aquellas cosas ocultas incluso para nosotros mismos en nuestro ser.

Su planeta es sólo visible por aquellos que tienen un profundo respeto por la naturaleza, pero nuestro ojo humano solo puede ver los inmensos túneles acuáticos que lo forman.

Nuestra nave aunque pequeña, recorrió el planeta, fue como explosión en nuestra alma, sentíamos un inmenso fuego, cuando de pronto note una nebulosa en la que se veía el rostro de un rey. La luna lejana fue testigo de nuestra transformación, pronto no estaba en mi cuerpo y la nave que nos transportó se perdió en lo infinito del universo.

Saludos amigos.