Hola mis estimados amigos, un concurso que nos invita a reflexionar sobre nuestra vida y a valorar lo que tenemos, en este año pudimos compara lo que fue con lo que somos ahora en nuestro ser, este año ciertamente nos cambio internamente.

No puedo negar que este año ha sido de lucha y emociones intensas, perdidas y renovación del pensamiento.

Mi año comenzó como todos, planificando proyectos y estableciendo nuevas metas, sin embargo nuestro destino es algo incierto, recuerdo que comencé a trabajar como siempre, mis clases motivadas por la continua participación de mis estudiantes, interesados en culminar su semestre para poder graduarse, algunos con planes de emigrar y otros por la necesidad de trabajar lo más pronto posible.

Recuerdo que por mi bajo salario, salía de dictar mis clases y me dirigía a una pequeña mercería, en donde trabajaba en las tardes (3 días en la tarde) para obtener algo dinero extra, una de esas tardes el 13 de marzo, mi esposo me llama alarmado desde la universidad, y me dice: dónde estás? Y la nena?. Ve a la casa.

Yo no entendía lo que me decía, estaba ocupada ordenando y pensando, pues debía llevar unas cosas a la biblioteca pío Tamayo para una actividad planificada por un grupo de colegas de matemáticas, pues el 14 de marzo se haría una actividad especial, debido a que se celebraba el día del numero pi una de las constantes matemáticas más famosas, además ese día es nuestro aniversario y planificaba una salida con mi esposo. Nada de eso pudo realizarse, de una emoción de felicidad pasamos a una de angustia, corrí a la farmacia a comprar alcohol, antialérgicos y acetaminofén para tener en casa.

_{Fuente de la imagen extraída de pixabay}

Veía las noticias constantemente, no dejaban mis lágrimas de caer al ver la situación en Italia y China, pensaba en mis amigos y colegas en otras naciones en como estarían de salud. Recuerdo que escuchaba la canción de una chica española muy famosa y pensaba en mis seres queridos.

En casa la situación fue algo difícil el primer mes, no podía trabajar y las clases pasaron a ser online. Desde hace dos años trabajo en una fundación como colaboradora, generalmente los niños de 9 a 15 años, se acercaban para que les diera asesorías para sus tareas de matemática y física, cuando les di la información de que no podríamos reunirnos más hasta nuevo aviso sus caras reflejaron una enorme tristeza, además participaba en la elaboración de meriendas durante las clases allí, todo esto se detuvo (Continua más abajo).

_{Con las adolescentes de la fundación y las coordinadoras en el comedor antes del covid19. Fotografía prestada por @fundacorazon para este post. Foto tomada con tablet samsung}

Con mi hija, me dedique a la lectura y juegos, su maestra me enviaba las actividades a realizar y trabajaba con ella, debí explicarle que era el coronavirus y por qué no podía salir.

_{Tareas de la nena. Foto tomada con tablet samsung}

La angustia en mi esposo era evidente, no podíamos realizar sus trabajos adicionales para obtener dinero extra, así que comíamos lo que podíamos, mi hermana me hablo de la plataforma, de verdad que la veía en la computadora escribiendo, pero realmente no sabía lo que hacía.

Comencé a escribir y de verdad que fue un verdadero alivio a las enormes cargas, el día que recibí mi primer pago, me sentí tan aliviada.

En la fundación continúe con la coordinadora desarrollando uno de los planes llamado arepitas de vida, me levantaba muy temprano a preparar todo para entregas de alimentos de los niños de la fundación, esto los fines de semana, esto fue muy significativo para mí. Estos niños gozaban de su plato de almuerzo, en sus escuelas se los daban de lunes a viernes y la fundación cubrió el sábado, fue como una gota en el mar.

_{Mis famosos pancitos para los niños de la fundación y que entregábamos en el almuerzo de los sábados. Foto tomada con tablet samsung}

Continúe con mi trabajo en línea y mis estudiantes grabaron algunos vídeos, describiendo procesos y explicando algunos ejercicios que les asignaba.

_{Algo de los cursos que dicte.Capture de pantalla con tablet samsung}

Aprendí a usar algunas herramientas digitales, Overleaf para generar documentos, Python para programar, en mi caso algoritmos de optimización y genially para presentaciones de mis clases, el último fue un curso de la institución donde trabajo.

Aunque no podía asistir a la congregación, el pastor y algunos hermanos de la iglesia nos visitaban en casa los domingos para compartir, pero esto fue ya cuando empezó a darse la flexibilización en el país.

Tengo muchas cosas que decir, pero no me alcanzaría esta publicación y tal vez sería tediosa una lectura tan extensa, aunque hubo pesares, también hubo muchos más motivos para alegrarse. Debemos estar en casa es cierto, pero no dejemos que la mente se detenga y mucho menos la creatividad.

Saludos amigos.