Anoche no la pasé muy bien que digamos, me costó mucho dormir, tenía una preocupación muy grande ya que tengo un hermano enfermo, hace unos años comenzó con ataques de epilepsia pero no eran tan seguidos, últimamente se han hecho repetitivos y le dan en cualquier sitio y a cualquier hora, aunque lo hemos llevado al médico y se le ha comprado el tratamiento no ha sido posible dar con la cura. Ahora con todo esto de la cuarentena es imposible andar de un lado a otro, muchos sitios están cerrados y los médicos no están trabajando como se debe. Yo solo le pido y ruego a Dios en mis oraciones para que pronto podamos verle sano nuevamente y con un buen tratamiento, así mi mamá ya estaría también más tranquila, sin preocupaciones.

El día comenzó bien temprano

Por todas estas cosas dejé de estar dando tanta vuelta en la cama y me levanté, observé el reloj del celular y ya eran las 4 am, pensé dentro de mí que ya era buena hora para iniciar mi día. Apenas me levanté me tomé mis dos vasos de agua antes de cepillarme y monté la olla para colar mi respectivo café negro.

Encendí mi computadora y me di cuenta que ya había pasado media hora desde que me levanté, pensé dentro de mí que el tiempo se pasa volando y era mejor ponerme las pilas a publicar porque a las 7 se me va el internet.

La publicación que hice fue muy cuchi, trataba sobre la elaboración de este hermoso peluche de manta polar, muy suave y tierno. Apenas se me fue el internet me levante de la computadora y monté mis arepas, poco a poco se fueron levantando mis hijos y ya les tenia listo el desayuno, arepa con aguacate.

La feria de las verduras

Como todos los viernes llegaron los señores de las verduras, mi vecina Belkis siempre me avisa para ir juntas a ver y comparar precios. Ella fue la que compró, a mí me parecía todo muy caro y preferí esperar a la feria de los martes.

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Mientras mi vecina hacia su compra yo me puse a admirar los jardines de mi edificio y del edificio de al lado, todos están muy hermosos y muy florecidos, creo que ha sido la lluvia quien hizo su magia.

Mis vecinas se han tomado muy en serio la transformación de su jardín, creo que esta cuarentena ha hecho que la gente tenga más tiempo para dedicarle a las plantas.

No aguanté el sueño y me fui a dormir

A las 10 y media de la mañana me dio un sueño terrible, creo que la mala noche que pasé me estaba pasando factura, así que me fui a recostar un rato y me quedé dormida casi una hora. Si no hubiese sido por el celular que sonó hubiese seguido de largo. En verdad que fue sabroso recuperar fuerzas y levantarme con más ánimo.

Como decía mi abuela "Son las doce y hueso duro"

Mi nona tenía un dicho, "Son la doce y el hueso duro", eso quería decir que ya era bien tarde y no se había montado la olla para el almuerzo. Pues eso me pasó a mi hoy, me acosté a dormir y mientras me espantaba la señora pereza se me hizo bien tarde. Rápidamente me puse arreglar el pollo que había dejado descongelando antes de irme a dormir y cociné pollo frito con papas fritas, también hice arroz y ensalada.

A mis hijos les encanta este pollo, mi receta es muy buena y eso se lo debo a mi amiga Arelis quien hace años me enseño hacerlo. Se trata de lavarlo muy bien, dejarlo en vinagre por unos cuantos minutos, hacerle un corte que penetre hasta el hueso o si la pieza de pollo es muy grande se le hacen dos cortes a lo largo, el aderezo comprende ajo, curry, sal y pimienta. A mí me gusta colocar las piezas del pollo entre una bolsa y ponerle bastante harina de trigo, lo mezclo muy bien y todo queda perfecto, listo para llevarlo a un sartén con abundante aceite bien caliente.

Mis hijos quedaron enamorados de la comida, todo estaba perfecto y el sabor de la ensalada súper rico con su toque de limón.

A mí me gusta la cocina, y dejo casi todo limpio antes de servir, pero son mis hijos los que deben terminar el trabajo. Inmediatamente me eché un baño y me fui acostar para ver mi novela "3 mujeres" que esta buenísima.

Cuando ya eran las 4 vino mi amiga Shirley a retirar un trabajo que hace tiempo había mandado hacer. Yo se lo había mostrado en fotografías pero verlo en persona es otra cosa, su cara se ilumino de alegría cuando vio las cosas para su sobrino. A mí me gusta conversar con mis amigas y de inmediato montamos la olla para hacer un café y así poder compartir un rato. Les cuento que ese rato duró casi dos horas hasta que el esposo la vino a buscar. Fue muy bonito comentar las cosas que nos están pasando, hablar sobre nuestros hijos y nuestras experiencias como madres. Nos reímos mucho, sobre todo de la moda que tienen ahora los muchachos con los pantalones chupi y nuestras discusiones para que no se los pongan tan apretados.

Aquí podría quedarme echándoles el cuento de toda nuestra conversación pero mejor la corto hasta aquí, espero poderles escribir mañana y así seguirles contando más de mis días. Los quiero mucho, cuídense.

QUÉDATE EN CASA

_{Imágenes tomadas con mi cámara celular Kronos-net}