El Amor. Una palabra que hace eco cada vez que se escucha...

Seguramente mitificada por algunos. Idealizada por otros.

Pero, ¿qué es el Amor?

Yo he venido a hablar de eso hoy. Porque es algo que conozco bien.

El Amor es la capacidad de ver al otro sin rechazarle. Antes bien, verle y saber que hace lo que hace por sus creencias y consciencia del momento presente.

Si alguien hace algo que tú no harías y consideras "malo", dejáme decirte que si tú vinieras de sus mismos padres y hubieras vivido exactamente lo que ha vivido esa persona hasta la fecha, harías exactamente lo mismo.

Ninguna persona es igual que otra.

Toda persona tiene una diferente consciencia.

Y esa consciencia tiene la tendencia a huir del sufrimiento, o ir detrás del placer.

A ambos lugares se llega a través del Amor.

En primer lugar, ¿de dónde proviene el sufrimiento?

Simple, del rechazo...

Y el rechazo de dónde proviene?

Fácil, del juicio.

Cada que algo no está bien para nosotros y le condenamos creamos separación y sufrimiento.

Ojo no estoy diciendo aquí que no se deba discriminar entre lo útil y lo perjudicial. Pero cuidado que hasta lo "perjudicial" termina siendo útil. ¿A quién no le ha pasado algo que considera terrible y años después observa que gracias a ese evento surgió una evolución y crecimiento en él o ella?

Todo pasa evolucionar... pero este es otro tema.

Volvamos al Amor. Para crear sufrimiento sólo basta no aceptar, despreciar, condenar a algo o alguien.

Esa es la raíz del sufrimiento. Y por supuesto el Amor puede hacernos (y hace), que dejemos de rechazar y sufrir porque el otro es diferente, porque no es lo que esperabas, porque no actúa como tú (obvio no puede hacerlo porque no tiene tu consciencia).

Entonces como disuelve el amor el sufrimiento?

Fácil (pero desafiante) asumiendo que el otro es y hace según su consciencia, y que si algo me molesta, no es él, sino lo que hay en mí, que no logra amarle así como ese otro es.

El amor solo tiene barreras: creencias mentales que no le permiten emerger y expandirse.

Todas ellas llamadas creencias de separación. Porque cuando condeno algo, lo quiero lejos de mí. Y no quiere decir que no tengamos que alejarnos de lo que no nos guste, pero hacerlo con Amor y paz, lo cual es supremamente distinto.

Aquí surge otro tema, no sabemos amar "lo malo". Más bien no sabemos verle con amor.

El problema surge cuando todos tenemos aspectos de nuestra personalidad que no nos gustan de nosotros. Entonces allí nos rechazamos, y otra vez, creamos barreras para amar, incluso a nosotros mismos.

Ahora, ¿cómo nos lleva el Amor al placer?

Creo que es una pregunta innecesaria. Acaso, alguien se ha sentido mal teniendo un gesto de Amor genuino? Es imposible.

Sorprender a alguien con un regalo, dar un servicio con Amor, ofrecer ayuda desde el Amor, sacar a alguien de un apuro desde al Amor no puede traer sufrimiento, sólo reporta placer. Un placer difícil de explicar porque su raíz es el Amor.

Claro está, siempre que se haga con convicción y no por obligación.

El Amor es para mí la fuente de todo el poder que somos.

Creo que somos el Amor. Sólo requerimos quitar las barreras que nos impiden contactarlo...

Que el Amor protagonice nuestros presentes y consciencia. Científicamente está comprobado que es contagioso.

¿Y si nos contagiamos todos de Amor?

Entonces sabremos verdaderamente qué es...