Me alegra compartir nuevamente un microrelato para todos ustedes, en el concurso creado por nuestro amigo @adeljose, donde todos podermos crear un historia libre llena de mucha creatividad e ingenio.

A finales de la primavera cuando aun se conserva la frescura y vitalidad en el ambiente, el aroma de las flores aun se desprenden para deleitar a los transeúntes del los parques con sutil fragancia.

Camila recién se mudaba de estado para cursar la universidad y quería conseguir un trabajo de verano para cubrir varios gastos, antes del otoño que comenzaba el semestre. Ella es un chica risueña y entusiasta, tiene muchos sueños que revolotean en su mente y que la despegan de la realidad esporádicamente cuando los deja en libertad.

Mientras recorría las calles en busca de empleo, solía pasar al frente de un café frente al parque que esta cerca de su casa, un día se tropezó con un joven al estar soñando despierta quien también estaba tan inmerso en un libro, ambos se vieron los ojos y una sonrisa tonta surgió de ambos y en un extraño baile de no saber por donde va a pasar el otro volvieron a reír sin decir una sola palabra.

Pasado unos días y un poco cabizbaja habla con la casera y le cuenta que no ha logrado encontrar empleo y la casera le sugiere la cafería que el dueño es un viejo amigo, Camila no espero y corrió a la cafetería por suerte el dueño estaba a punto de irse y ella le dijo que venia de parte de la señora Eva y le dijo solo porque te envió Eva y le tengo mucho aprecio.

Al comenzar el verano el calor arremetía con todos y la cafetería era un oasis en medio del desierto, como las tardes se alargaron las jornadas se extendía un poco mas, una de las tardes Camila vuelve a ver al joven sentado en un de los sillones de la parte mas alejada del café, se le acerca despacio y aclarándose la garganta le pregunta que si quería algo de tomar? a lo que el al levantar la mirada vio sus ojos grandes y color miel, la reconoció y la sonrisa tonta y alegre apareció en sus rostros.

El le pide un café y le invita uno a ella, pidiéndole que si podían hablar y conocerse un poco mas, ya que el la había estado buscando desde el día que se tropezaron por accidente hacia unas semanas atrás, había regresado a la cafetería sin suerte y cuando la vio trabajando su corazón palpito de alegría pero dudo en acercarse por temor al rechazo.

Hasta hoy que se armo de valor, entro para verla y hablar con ella, con la esperanza de invitarla a salir y así pasar con ella las tardes de Verano y muchos veranos mas...