DÉCIMO NOVENO CONCURSO DE ESCRITURA Y PINTURA !! / NINETEENTH WRITING AND PAINTING CONTEST !! / #WORLD OF XPILAR
Imágen creada por @xpilar
Hacía ya varios meses que Víctor era una sombra de lo que había sido. Con la mirada perdida, vegetaba en un entorno de desolación.
Un domingo por la tarde en el cual había negado a salir con sus amigos, llamó a su puerta Aurora. Teniendo sesenta y cinco años, su abuela era una mujer plena de vitalidad la cual dada su elegancia y carácter, nunca transitaba inadvertida.
—Sal de tu cueva y ven conmigo. Esta tarde preciso compañía.
Gruñendo, el joven dejó su cuarto mientras se alisaba el cabello con los dedos.
Desconocía a todo el mundo menos a su abuela. Ella le había cuidado durante las tardes de su niñez.
Aunque ya no era un niño, un lazo poderoso seguía articulándolo a Aurora, que arrancó su vieja camioneta con su nieto al lado.
— ¿Adónde vamos?
—A las montañas rocosas
Víctor refunfuñó el plan, no le gustaba escalar.
—Solo quiero tomar unas fotos y subir a una loma contigo. Solo una, te lo prometo.
– ¿Y no puedo esperarte abajo?
—Necesito que remontes conmigo. Será solo una subida
—Espero que no te dé miedo... –sonrió Aurora.
— ¿Miedo a mí? –Se agravió el muchacho – Sabes que he arriesgado el físico con deportes de aventura que pocos realizarían.
—Y la vida, ¿qué tal va? No hay aventura más palpitante que esa.
Ya habían comenzado a subir la montaña, Víctor sin darse cuenta, al lado de su abuela comenzaba a escalar. Consideró que aquel era un lugar tan bueno como cualquier otro para desahogarse con ella.
—Mi vida la veo en estos momentos cuesta arriba, como vamos ahora.
—Todo lo que sube baja. Eso lo conoces, ¿verdad?
Cuando llegaron casi arriba, dispuestos a lanzarse pendiente abajo, añadió:
—Hace tiempo que no tengo ninguna ilusión. Mi estado de ánimo fluctúa entre la infelicidad más profunda y una angustia aguantable. Tras la bajada en picada, Aurora siguió conversando no obstante la velocidad que habían adquirido.
— Sucede que, desde tu perspectiva, solo ves un pequeño trayecto de la montaña que es tu vida.
— ¿Qué quieres decir? –
— Conoces bajadas como la que terminamos de hacer y pequeñas subidas que no compensan, porque solo te admiten subsistir. Pero ese no es todo el camino.
—Un error común de los seres humanos es pensar que cuando estamos felices, durará siempre. Y cuando estamos en una etapa de tristeza, tendemos a pensar que no resurgiremos de ahí.
Más siempre finalizamos saliendo. Si lo tomas en cuenta, consentirás el dolor como lo que es: algo temporal que nos deja significativas lecciones para un mejor vivir.
—Es posible... – Víctor reflexionó un minuto mientras subía una nueva cuesta–. Entonces, si hay grandes júbilos que aún no he vivido, también me esperan caídas peores que las que he conocido.
— Seguramente. Y es bueno que sea así. Si no vives primero los despeñaderos, nunca valoraras las cimas.
—Correcto, pero ¿qué hago mientras no estoy donde quiero estar?
Mientras tanto... –Aurora agarró una flor que apareció en medio de las rocas y se la dió diciendo: – disfruta del viaje.
Agradecida por la iniciativa de @franyeligonzalez