CONCURSO DE ESCRITURA Y PINTURA. @aplausos
El Génova de la embarcación parecía ser embestido por aquel tifón en el cual comenzaban a entrar, sentían que salían de la tormenta virulenta y entraban en otra quizás peor, le acompañaban su madre, mujer y dos hijos pequeños. Con todas sus fuerza se aferraba a la driza mayor y gritaba a su esposa se agarrara al mástil para hacer contra peso. Trabajando en equipo por salvar sus vidas, la madre susurraba una oración y los niños temblorosos miraban a su padre.
Bordearon aquella enorme piedra en medio del lago, esa roca que distanciaba la orilla y sus antiguas vidas en una ciudad de paz, calma y muy protegida, solo que el enemigo no llegó de afuera, de manera que las murallas fueron poco útiles, lo trajo un habitante recién llegado de viaje y con ese solo ser, prácticamente se aislaron y comenzaron todos a morir, él había sepultado a padre y hermano. Mientras el viento le arrimaba, recordaba los fatídicos días y su decisión de salir de allí, pues eran los únicos sanos.
El viento apenas disminuyó se acercó a la proa, respiró profundo y le dio una última mirada a las altas paredes del que fue su hogar por 30 años, un grupo de aves negras revoloteando en el cielo le hicieron mirar hacia arriba….se quedó allí y dijo para sí mismo: basta, no más quejas, a tomar nuevo rumbo…gracias por todo y extendió sus brazos a lo alto, entonces el torbellino terminó, la sonrisa de sus acompañantes le hicieron retomar el timón.
Hola querida amiga, gracias por tu entrada, un escrito muy interesante. Saludos!!