¡¡NUEVO CONCURSO!! | "Una imagen, una historia"
Una brisa suave nocturnal entró de repente por la ventana abierta moviendo en forma tenue aquella tela que transparentaba la primera noche dolorosa de no estar con mi madre. Ese viento nostálgico trajo todos los recuerdos agolpados entre mi llanto y mi desgano. De repente volteé mi mirada al recipiente azul y recordé el día que ella lo restauró, con el entusiasmo que lo recogió de un terreno baldío, lo raspo, lo lijó, pintó e hizo ese intento de margaritas azules porque era el único color que tenia.
Transformó basura en esa obra artística , me enseñó que siempre podemos restaurar y restaurarnos, con o sin flores lucia hermoso y cobraba valor ante la ausencia de su rehacedora. Rehacer es hacer de nuevo y restaurar es arreglar los desperfectos para mejorar….dejar en la vida aunque sea un pequeño cambio, un aporte mínimo en algo material que tiene mucho de espiritual, que fue útil como espacio de acogida a unas flores que decoraban, aromatizaban y compartían la vida con mi madre. Comencé a sentir que también de esa manera fue su existencia reconstruyéndose siempre, rehaciéndose a diario restaurando todo…así es imposible morir, porque el legado de vida es inmenso...entonces sentí que la brisa se puso fría, cerré la ventana y me fui de la habitación…un poco más calmada, quizás renovada ..Y pensé lo que un viejo florero puede significar aun estando vacío.
Hola mi querida amiga, muchas gracias por tu entrada, esta historia nos deja un gran mensaje y es que sin duda, las cosas son temporales y siempre podemos estar mejor como bien lo has descrito. Somos capaces de muchas cosas.
Gracias por estar presente. Saludos!!😊💜