Había una vez una hermosa tortuga, tenía unos fantásticos colores verde y café que adornaban su caparazón y su arrugadita piel, vivía en un bello bosque acompañada de muchísimos animales, conejos, liebres, pajaritos, búhos, venaditos e infinidades de insectos. Todos los días muy temprano, los animales iban a bañarse y refrescarse en una hermosa laguna azul de cristalinas aguas, siempre iban a las 7:00 am, sin embargo, la pequeña tortuga tenía que salir a las 4:00 am, para poder llegar a la laguna a tiempo, ya que era muy lenta, si salía a la misma hora que los demás animales, no llegaba para compartir con ellos.

Sus amiguitos siempre le preguntaban porque llegaba de primero, pero la pequeña Tortuga por pena no les decía que era muy lenta, y que por ese motivo tenía que salir con muchas horas de anticipación, y así poder compartir los juegos y la compañía cuando ellos llegaran a la hermosa Laguna.

Algunos animales pensaban que lo hacía por egoísmo, que siempre quería ser la primera en todo, otros pensaban que le gustaba bañarse sola sin tanto ruido y alboroto, pero la realidad era que la pequeña Tortuga en su corazón quería ser más ágil y veloz al igual que sus amigos, con la finalidad de llegar con ellos a la Laguna.

Un día, como de costumbre, llegó de primera a la Laguna, y en la orilla se había formado un precioso Arcoíris, cuando la Tortuga vio esos colores tan brillantes y hermosos se acercó para tocarlos y escuchó una voz desde el interior:

-Hola pequeña Tortuga, te estaba esperando- le dijo el Arcoíris.

-¿Por qué amiguito Arcoíris, que necesitas de mí? – contestó la tortuga.

-Vengo a concederte un deseo, sé que eres muy lenta, y que desearías ser otro animal más ágil y veloz. – señaló el arcoíris.

La pequeña Tortuga guardó silencio por unos segundos, y sin dudar le dijo al arcoíris que no quería ser otro animal, que le gustaba ser una tortuga, porque aunque era muy lenta en tierra, apenas ella tocaba el agua era muy muy rápida, podía nadar y disfrutar de esas cristalinas aguas todos los días, en cambio, muchos de sus amigos, no sabían nadar y debían quedarse siempre en la orilla, no podían explorar todos los rincones de la Laguna.

Sorprendido por la respuesta, el Arcoíris le dijo que tenía lógica su razonamiento, y que lo disculpara por quererla cambiar, que tenía un noble corazón y aceptaba con determinación sus debilidades y fortalezas. Así que le dijo que ya no tenía que salir a las 4:00 am todos los días, que esperara a las 7:00 am, que el hermoso Arcoíris aparecería en la puerta de su casa, y sería un puente mágico que lo llevaría a tiempo a la Laguna a compartir con todos sus amigos.

Muy feliz la Tortuga le agradeció ese hermoso gesto que tuvo el Arcoíris, al día siguiente estaba puntual en la puerta de su casa esperando que apareciera el Arcoíris, y así lo cumplió, llegó el brillante Arcoíris a buscar a la Tortuga, todo los animales quedaron impactados por ese evento mágico, la Tortuga les contó lo sucedido y les confesó a todos sus amigos el motivo por el cuál siempre salía tan temprano, todos se sintieron avergonzados por juzgar precipitadamente a la Tortuga y se disculparon.

Y así se fueron todos a la Laguna, a disfrutar de juegos, risas y diversión en una hermosa mañana, donde el Arcoíris los acompaño y sirvió de puente para que la pequeña Tortuga llegara a tiempo a nadar a sus amadas aguas cristalinas.

FIN.

Debemos seguir el ejemplo de la pequeña Tortuga, aceptar nuestras debilidades y fortalezas, amándonos y respetándonos tal cual somos. Tampoco podemos juzgar a los demás y menos sin antes conocer la realidad de cada quien, seamos más empáticos y amigables con todos.

Muchas gracias por leer, éxitos y bendiciones para todos.

La foto de mi dibujo la tomé con mi teléfono celular Xiaomi Redmi Note 8 Pro. Mi nombre los realicé usando el programa de PowerPoint.