Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #14"/ El mueble secreto / by @anabel.karina

Este mueble es llamado "Mueble Secreto", porque allí se guardan cosas tal y como lo dice su nombre "en secreto", bajo llave, el que observan en la imagen tiene en mi familia unos 102 o 103 años, pues el abuelo de mi abuela se lo regalo a su esposa en aquel tiempo, traído desde España hasta la Isla de Margarita.

Ha pasado por las mujeres de mi familia en 5 generaciones, pero hay un detalle, no todas las mujeres que llevan mi sangre tienen el don y el poder de tener este articulo. Mi Tatarabuela Ynes Maria primera dueña del secreter, como le decimos al mueblecito, era una mujer que era conocida por sus dones ocultos, ayudaba a muchas personas pero si te metías con ella era mejor que te exiliaras pues su fuerza sobrenatural te llevaba a extremos nada buenos.

Cierto día hubo un accidente con la hija mayor de mis tatarabuelos, mi bisabuela Primavera, Ynes Maria como conocía muchas cosas para ayudar a sanar a su hija hizo un pacto con "Chacatran" una antigua deidad margariteña a la cual le ofrecio su vida y la vida de una integrante de su familia por 10 generaciones a cambio de sanar a Prima, este espíritu acepto pero a cambio le ordeno guardar terribles y oscuros secretos de todo aquel que a su puerta tocara, y necesitara ser librado.

Ynes Maria acepto el pacto y al recibir este regalo decidió hacerle honor a su nombre al secreter, después de realizar varias invocaciones y oraciones, destino esta formidable mesa a esa oscura tarea. Dicho mueble siempre esta a la vista de todos, ha pasado de casa en casa a través de los años, muchas y muchos han querido abrirlo pero solo las elegidas pueden hacerlo, mi Tatarabuela se encargo de eso, en su interior hay cosas que le helarían la sangre al mas valiente y pintao, y que yo decida compartirlas, haría del destino de mi familia y de todos los que lo sepan una tragedia espeluznante, no es fácil vivir con este "don" aunque yo lo llamaría "maldición" por eso se llama Mueble secreto. Te aseguro que no querrán saber...