Era el carnaval, Juan y sus amigos quisieron hacer una fiesta de disfraces, decidieron que todos debían vestir igual, la diferencia entre ellos sería una máscara.

Así pasaron la noche, pero entre las locuras de jóvenes surgió un juego donde ponían a girar una botella cada uno se retiraría con la pareja que era seleccionada por la "botellita", así lo hicieron y se fueron a dormir; esa noche todo fue un caos.

Al día siguiente todos amanecieron con la máscara puesta y quisieron salir de allí solos. Esa noche algo cambio entre ese grupos de jóvenes nadie habló de lo que había pasado detrás de esa máscara, pero jamás volvió a ser lo mismo entre ello.

Hoy todos se miran con reselo, ya no hubo risas, ni juegos, y se fueron alejando porque parecía que el tiempo se había detenido, todos aún llevaban la máscara de la fiesta de carnaval.