EL LIBRO

in Comunidad3 years ago

EL LIBRO

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Mahoma fue un elegido, por esas razones inexplicables que nos da

la vida en su devenir. ¿Pero por qué es un elegido? Mahoma era un

hombre común, un beduino del desierto, un comerciante; y sentía

como todo árabe, el peso inconmensurable de la naturaleza y del

cielo del desierto, y fundamentalmente, la gratificación de los bellos

oasis que, tanta sensibilidad han abierto a pensadores y poetas.



Mahoma fue más allá de este llamado y a sus cuarenta años, y cerca de

la mitad de su vida, en las fiestas de oración del Ramadán, en una

caverna de la montaña de Hara próxima a la Meca, recibiría las

revelaciones más trascendentes de su Dios en boca del arcángel Gabriel.

De allí surgiría el lema espiritual que define y determina la vida del

musulmán: “Dios es grande y no hay nada más grande que él”. Se

podría decir que esta experiencia de iluminación y conversión cambió

la vida de un país y más profundamente de una cultura.



Tomas Carlyle, el gran crítico inglés, resalta la importancia de este

personaje, al considerarlo como el héroe profeta de la historia, quien

descubrió, o tomó conciencia plena de nuestra fragilidad en el

universo, “nosotros y todas las demás cosas, no somos sino sombras

suyas, envoltura transitoria que cubre el esplendor eterno”, y que

todo lo que nos acaece tiene un propósito o una voluntad divina,

aunque en ella se vaya nuestra vida. Esto lleva a Mahoma a predicar

el Islam (la salvación), a pedir que se siga a este Dios, a romper con

la idolatría que era un síntoma de la religión árabe en ese tiempo.

En palabras de Goethe: “Si esto es el Islam, ¿No vivimos todos

nosotros en el Islam?” Lo maravilloso es que esta religión instaurada

por el profeta, lo llevó a unificar un pueblo y a desbordarse de tal

manera que, en poco tiempo llegó a tener millones de seguidores

en el mundo.



Se podría criticar que la espada estuvo presente en el proceso de

conversión iniciado por Mahoma, lo que también hizo el cristianismo,

pero comparto con Carlyle que, “nada se conquistará que no merezca

ser conquistado” y es este lema que se ha impuesto a lo largo de la

historia.



El verdadero milagro de la obra emprendida por el profeta, se

materializa en el gran libro, llamado el Corán (cosa para ser leída),

libro para los mahometanos venido del cielo, y el que acepta como

ley y norma que guía sus costumbres y vida religiosa. Carlyle

expresa que, sus lecturas iniciales del Corán eran de traducciones

que sentía engorrosas, desordenadas, más sentía el peso y

fascinación de un lenguaje que, iba más allá de las alabanzas,

de las tradiciones, de las querellas y se tornaba en un auténtico

lenguaje poético.



Mi primera experiencia al leer una versión fragmentada del Corán,

era como caminar entre piedras que punzan la conciencia, de

situarnos en un camino de fe, perfectamente argumentadas, dejando

de lado los aspavientos, las perversas apariencias y que nos lleva a

través de la oración, a entablar un diálogo sincero con el omnisciente,

que se materializa en frutos como el de ser comprensivos y

bondadosos con los que más nos necesitan. Sin embargo hay líneas del

Corán que terminan siendo una nota final de una música, un universo

o un poema, de acuerdo a como en ese momento lo capte nuestra

sensibilidad. Es decir lo estético no deja de estar presente en esta

magnífica instauración de un libro guía para un pueblo, y porque no

decirlo de la humanidad.



Presento fragmentos del Corán que me marcaron:



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“¡Atended!, en la oración


de los cielos y de la tierra,


y en la alternancia de la noche y el día,


y en los barcos que surcan el mar


en provecho de la gente,


y en el agua que Dios hace llover de los cielos,


vivificando con ello la tierra


después de muerta,


y diseminando animales de todas clases


por toda ella,


y en las variaciones de los vientos


y de las nubes


sumisas entre los cielos y la tierra:


en todas ellas hay signos


para la gente que disciernen.”




“Palabras bondadosas y de perdón

Valen más que las limosnas

seguida de iniquidad”



“Y si no cae el aguacero

caerá entonces el rocío

Dios ve todo lo que hacéis”



“Y Dios envió la Tora y el Evangelio

como guías para la humanidad

y Dios envió el criterio”



“Dios es el que te envía a ti

(el Profeta) el Libro

En él se encuentran versículos definitivos”



“Ciertamente la religión ante Dios

es entrega”



“El día en que cada alma

sea llevada a ponerse de frente

al bien que haya realizado

y al mal que haya cometido,

deseará que exista un gran espacio

entre sí misma y su propio mal.

Dios hace ser cautelosos con Él.

Dios es clemente con sus siervos”



“Dejad que se produzca entre vosotros

Un pueblo que preconice el bien

Y se una a lo justo

Y prohíba lo reprobable;

Ellos serán lo bienaventurados”



“Su recompensa es el perdón de su Señor,

y jardines bajo los que fluyen ríos,

en los que permanecerán para siempre:

¡Cuán hermosa la recompensa para los que se esfuerzan!



“Pero ser pacientes

y justos,

esa es la actitud resuelta

que determina las cosas”



“Realmente, en la creación

De los cielos y de la tierra,

Y en la alternancia de la noche y del día,

Hay signos para las personas de corazón”



“De la presencia de Dios

y estar en presencia de Dios

es la mejor de las recompensas”



“¡Y quién más veraz que Dios en la palabra!”



“Mas quien emigre

por causa de Dios

hallará en la tierra

muchos vastos refugios

y al que abandone su hogar

para refugiarse en Dios

y en su Mensajero

y sea entonces alcanzado por la muerte,

su recompensa incumbe a Dios,

pues Dios es indulgente

y misericordioso”



“Y no hay nada verde, o seco

que no esté en un libro abierto”



“Es Dios quien toma vuestras almas por la noche

Y sabes lo que habéis adquirido por el día,

después os resucitará”



“Los nombres más bellos son los de Dios”



“¡No!, dicen ellos, todo es un amasijo de sueños”



“Entre los signos de Dios

Está el mostraros el relámpago,

Ocasión de miedo y esperanza”

“La humanidad está hecha de precipitación”



“Incluso si todos los árboles fueran plumas

Y el océano tinta, incrementado en siete océanos más, no se

agotarían las palabras de Dios”



“Pues resucitamos a los muertos

y registramos sus obras

y lo que dejaron tras sí:

y tomaremos todo en cuenta

en un claro libro de ejemplos”



“La única orden de Dios

cuando quiere alguna cosa

es decirla: ¡Sé!,

y es.”

Sort:  

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