Descansando apaciblemente un domingo en la mañana, me preparo un café mientras los niños, Tomás y Laura, duermen en sus respectivas habitaciones en la parte superior de la casa. Emilia, sigue acostada, tiene dolor en la espalda, y está muy cansada. El perro está muy inquieto, ladrando mirando hacia la parte de arriba de la casa, algunos vecinos se acercan y todos señalan hacia arriba, yo salgo al patio y cuando me doy cuenta está saliendo mucho humo de la parte superior de la casa…

Sin comprender correctamente lo que está pasando trato de dirigirme nuevamente al interior, sin embargo, mi vecino trata de detenerme gritando que es peligroso.

-¡Mi familia todavía está dentro!- Digo con desesperación luchando por zafarme de su agarre y cuando finalmente logro hacerlo corro directamente a la habitación de Laura, mi hija menor, ya que se encontraba más cerca.

-¡Laura despierta!- Trato de sacudirla para despertarla sin tener mucho éxito, al parecer había aspirado el humo mientras dormía y se había desmayado a consecuencia así que comienzo a gritar para que Emilia, mi hermana.

-¡Emilia la casa se incendia!- Espeto con ansiedad y desesperación. Sin esperar más tomo a Laura y me dirijo hacia la habitación de Tomás encontrándola vacía.

Escucho la sirena de la ambulancia por lo que salgo con Laura en brazos al jardín y se las entrego. Entro nuevamente a la casa con extrema rapidez, paso directamente a la habitación de Emilia encontrándola de igual manera vacía, recorro la casa cuyas llamas siguen avivándose, rezando para que mi familia este a salvo.

-¡Señora debe salir, es muy peligroso!- Me grita un bombero que acaba de llegar a donde me encontraba.

-Mi hijo y hermana siguen aquí, no puedo encontrarlos, por favor ¡necesito ayudarlos!- Digo con respiraciones entrecortadas ya que había inhalado humo y me era difícil respirar, pensé que en cualquier momento me desmayaría.

-No se preocupe, ¡salvaré a su familia!- Me asegura con voz tranquilizadora que me hizo pensar que todo estaría bien.

-Todavía no ha buscado en el ático ¿cierto?- Me dice el bombero y al segundo recordé que mi hijo le gusta jugar y esconderse en dicho lugar.

Nos dirigimos al ático y efectivamente estaban Emilia y Tomás desmayados, pareciera que Emilia quiso salir con Tomás en brazos, pero quedaron encerrados por las llamas por lo que me era imposible llegar a ellos, sin esperanzas y ya al borde del desmayo me percato que el bombero entró al círculo de llamas que los rodeaba, tal vez debido a que su traje era especial no tuvo dificultad alguna para realizar dicha tarea.

Con ayuda del bombero llegamos a salvo hasta la salida, yo con Tomás en brazos y el con Emilia, sin embargo, cuando estábamos dispuestos a salir, colocó a Emilia en la puerta y dijo que la ayuda llegó y el iría a buscar más personas que lo necesitaran subiendo las escaleras. Al principio no entendí, le grité que no había más nadie en casa, pero era muy tarde, ya había desaparecido en las llamas que pareciera querer tragarse la casa. Pronto alguien derribó la puerta, era otro bombero el cual nos ayudó a salir.

Una vez que los bomberos lograron apagar el fuego y mi familia se encontraba fuera de peligro quise agradecer al primer bombero que nos rescató, cuando pregunto por él, el bombero que nos encontró en la puerta y ayudo a salir me recalcó que él fue el primer bombero en llegar y que tenía mucha suerte, ya que incendios tan intensos como este generalmente cobraba alguna vida.

No pude razonar lo que me explicó el bombero, entonces ¿quién me ayudó a sacar a mi hermana e hijo del circulo de fuego? Si lo pienso detenidamente, ¿Cómo esa persona sabía que tenía ático? ¿Cómo sabía que era el único lugar que no había registrado? ¿Cómo pudo atravesar las llamas sin siquiera lesionarse? No había respuestas a mis dudas, solo más interrogantes.

Algunos creerán que fue un Ángel quien escuchó mis plegarias, otros que debido a la cantidad de humo inhalada tuve una alucinación y fui yo quien realmente realizó aquellas acciones, cada opinión es válida, solo sé que mi familia y yo pudimos escapar de las garras de la muerte y estar a salvo para disfrutar un día más de vida.

Fuente

Gracias por leer mi historia, hasta un nuevo post 😉