La generosidad es el hábito de dar o compartir con, los demás sin recibir nada a cambio.
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Las personas generosa sienten ese deseo, de ayudar o dar al prójimo sin esperar, obtener una recompensa o beneficio por el buen gesto que sea realizado.

La palabra de Dios nos dice: En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Hechos. 20;35

GENEROSIDAD.

Muchas veces asociamos a dar sólo lo material, con generosidad pero también, cuando damos un poco de tiempo, para escuchar a una persona, cuidamos a una persona enferma, ayudamos en la limpieza de una escuela, hospital, hasta nuestra comunidad. Son actos de generosidad, porque va en beneficio de los demás y no estamos siendo remunerado.

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Como padres, maestros, abuelos, estamos en el deber, de educar o enseñar a los más pequeños, a practicar actos de generosidad, a compartir lo que tiene con el prójimo, sin esperar nada a cambio, para lograr vivir en un mundo de paz y armonía, donde todos necesitamos, del apoyo de alguien en cualquier momento.

Hace poco leí un artículo, donde un hombre muy adinerado, llegó a un aeropuerto y quería comprar un periódico... pero al buscar en sus bolsillos no disponía de efectivo para cancelar, el vendedor de periódico se lo regalo, el hombre agradeció y se marchó.

Pasaron los meses y le volvió a suceder lo mismo, otra ves el vendedor le regalo el periódico... paso casi un año y hombre regresa, recordó al vendedor, le pregunta que se lo recuerda... respondiendo que si...!!!

El hombre rico le dice pide lo que quiera, para retribuir lo que hiciste por mi... el Señor le dice no tendría con que pagarlo, porque yo lo hice de corazón.

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