58° CONCURSO DE REDACCIÓN DE HISTORIAS. / ¡Examen sorpresa!
Felipe, Paolo y María, son amigos desde el primer semestre en la universidad, estudian derecho o leyes. Quieren ser abogados y montar su propio bufete, una firma que les permita dedicarse a la representación de empresas. Los exámenes empezarían dentro de unas 3 o 4 semanas, por lo que Paolo y María estaban un poco relajados, mientras que Felipe estudiaba a diario, repasaba cada una de las clases de leyes y les decía que estudiaran juntos. Sus amigos no le hacían caso, le decían que cuando llegara el momento ellos estudiarían, pero que era el momento de pasarla bien y de ir a fiestas.
El siguiente Lunes, el profesor Jorge Pérez, un docente que se caracterizaba por ser impredecible, al iniciar la clase lo hace repasando los temas que podrían ir a su examen, hizo preguntas al grupo de más de 25 estudiantes y solo Felipe respondió las preguntas. Propuso un caso práctico con una demanda, el único alumno que lo hizo de forma impecable fue Felipe. EL profesor Jorge lo felicitó y le dijo que se saliera del salón, que se verían la siguiente semana, mientras que a los demás les entregó un documento que todos al verlo quedaron asombrados y congelados...
Cuando Paolo y María recibieron el documento que les había entregado el Profesor Jorge. No podían creer lo que leían; en este se planteaba el siguiente caso:
Existen personas que no les gusta seguir las reglas. Algunos se adelantan o se atrasan. Los que pertenecen al primer grupo suelen querer demostrar que son superiores a los otros. Y, hay algunos que esperan hasta el último momento para hacer las cosas, ¿quién crees que tiene el perfil para ser un próximo abogado de la República?
Todos se miraron la cara. El Profesor los estaba invitando a dar argumentos a favor o en contra de sus propias acciones, así como también a evaluar la actitud de Felipe.
Paolo levantó la mano y dijo:
-Profesor, esto no es justo.
El profesor contestó:
-¿Qué cosa no es justa?
-Esta propuesta de examen -dijo María.
-Bueno, a mi parece perfecto el planteamiento, un abogado siempre debe dar argumentos a favor o en contra de alguien o de algo; y eso es lo que yo les estoy proponiendo, -respondió el profesor.
-Sí, profesor, pero es que ese alguien somos nosotros; y así es muy difícil ser transparentes -replicó Paolo.
A lo que el profesor contestó:
-¿Y quién dijo que un abogado siempre ha de actuar con transparencia? Miren, chicos, ya llevamos media hora del examen perdida, y les queda hora y media para desarrollar el examen. Así que tienen dos opciones: O responden lo que estoy pidiendo o entregan el examen en blanco.
Un grupo como de diez alumnos entregaron sus hojas en blanco. Pero María y Paolo se quedaron en el salón. De este examen dependían para avanzar al próximo semestre.
Paolo contestó así:
Es muy importante tomar previsiones. Un buen abogado debe hacerlo siempre, porque su éxito dependerá de ello. Sin embargo, las personas que aplican la procrastinación. Es decir, demorar o retardar algo, no lo hacen por pereza, sino que esta conducta depende de otros factores, como evitar el estrés y, por ende, el bloqueo mental.
En mi caso, sufro de este comportamiento, y me encuentro en tratamiento psicológico para atender esta afección. Por lo tanto, estoy trabajando para organizar mejor mi tiempo.
Por otra parte, celebro la conducta de aquellas personas que son capaces de planificarse con tiempo para hacer sus actividades. Yo ando en la búsqueda de esa conducta. Sé que lo voy a lograr, porque el primer paso hacia el cambio es el reconocimiento de las debilidades. Por todo lo antes dicho, creo que me merezco una oportunidad para graduarme de abogado, como siempre lo he soñado.
María, por su parte, desarrolló su examen así:
Existen muchos tipos de personas: las perfeccionistas, que no dejan espacio para los errores y viven haciendo todo con tiempo; y aquellas que "dejan todo para el último momento".
Ambas conductas tienen sus pros y sus contras. Por ejemplo, las personas que tienen conductas perfeccionistas, en ocasiones, sufren de depresiones cuando no pueden lograr sus objetivos; y esto puede resultar nefasto para un abogado.
En cambio, los que trabajan a su ritmo, con el objetivo de entregar las tareas a tiempo, aunque puede sufrir de estrés, asumen los trabajos con una actitud más favorable hacia las relaciones interpersonales. Visualizan los errores como fuentes de apendizaje y tienden a ser más empáticos con los demás compañeros de trabajo.
OJO: Ambas actitudes pueden llegar a ser adversas para un abogado. Por ello debemos evitar tocar los extremos.
El profesor recogió los exámenes; y cuando tocó dar los resultados del mismo, dijo siguiente:
En el salón hubo tres aprobados: el primero fue Felipe, un muchacho estudioso, que cumple con sus compromisos académicos sin tacha.
El otro aprobado fue Paolo, quien defendió con buenos argumentos a las personas que sufren de procrastinación. Y María, quien se paseó por la conducta de los que son excesivamente perfeccionistas y de los que tienden a postergar las tareas para última hora. En su análisis se observa que estas conductas extremas pueden ser muy malas para un abogado. Aparte de ellos, los demás deben cursar de nuevo la materia, y espero que hayan aprendido una nueva lección.
Los amigos se vieron la cara, rieron como siempre y salieron al bar a celebrar porque estarán juntos en la próxima materia de derecho.
Me gustaría invitar a @acostacazorla, @casv y @marcybetancourt. Aquí la información
Tres puntos de vista interesantes que buscan competir. Muchas veces encontramos personas que saben defender sus posiciones pero con argumentos sólidos y permiten a los demás poner en una balanza los pro y los contras de una situación.
¡Gracias por compartir, saludos y éxitos!
Sí, @casv, para eso son los abogados, para sacarle provecho a todo. Tengo un amigo abogado que dic: "Siempre hay algo que decir a favor", jeje. Lo tenía presente cuando escribí este relato.
Gracias por pasar. Saludos.
Excelente participación, una demostración de parte de Paolo y de María, de que, aunque se piense que dejan todo para último minuto, cada uno tiene un punto de vista y desarrolla las actividades de la manera en que se sientan más cómodos.
Me identifico en algunos casos con María y en otros con Paolo, suelo ser de los que cunado no estoy motivado no me siento a hacer cosas solo por hacerlas, en cambio, cunado estoy motivado, las mismas fluyen perfectamente indistintamente de los tiempos de ejecución.
Participante # 06
Saludos
Mi querido amigo, gracias por tu valoración. En efecto, todos tenemos ritmos distintos de trabajo. Los tres demostraron su inteligencia, ya que lograron salir airosos en el examen.
Te felicito por mantener esta iniciativa tan valiosa.