14avo CONCURSO DE REDACCIÓN DE HISTORIAS!! / Por @fjjrg en #Scouts.

Hola agradecida a @fjjrg en #Scouts por tan interesante concurso.
Aquí les dejo mi presentación espero que sea de su agrado
Una noche normal, mientras descansaba en mi habitación, sentí un susurro muy sutil, como diciendo mi nombre, casi imperceptible. Me doy vuelta en la cama y quedo mirando hacia la ventana, todo normal, no hay nada, vuelvo a cerrar los ojos. Un rato después, siento un frío de muerte que me arropa, se me eriza la piel, apenas puedo respirar, me invade el miedo... abro los ojos y veo. Una mano que entra por la ventana, era una mano larga y delgada, con finos dedos como de pianista que se movían como mariposas al aletear, quede paralizada, no sabía que hacer mis niños dormían en la habitación de al lado, no quería despertarlos y mucho menos asustarlos.
Mi corazón palpitaba tan fuerte que lo podía oírlo, en eso trate de correrme hacia un lado con un movimiento suave, para que la mano no percibiera mi calor y el miedo que me invadía, pero me fue imposible, la mano alcanzo las puntas de los dedos de mi pie y los sostuvo con fuerza, estaba aterrorizada.
La mano actuaba como si tuviera pensamiento propio, parecía que su única su intención era hacer daño, esa era la guiara, la mano era fría, con un frio que quemaba, negra y huesuda, cuando intento llegar a mis piernas no pude más moví los pies para liberarme, mas esta vez me sujeto con mas fuerza, pero ya yo estaba decidida a no permitir que continuara, tome la almohada y la lance con todas mis fuerzas, mientras con la otra mano tomaba un libro que estaba en la mesa de noche justo a mi lado, también lo lance pero no logre nada con eso, la mano se alargaba más y más, ahora se acompañaba de parte de un brazo tan largo y delgado que parecía una vara.
No me quedo entonces otra cosa que lanzar un pequeño grito , ya sentía que la mano llegaba a mi cintura, no podía por nada del mundo dejar que llegara a mi cuello, estaba perdida, indefensa ante aquella cosa que ya no sabía si era o no una mano u otra cosa, pero en ese instante escuche a mi hijo menor llamarme, sabia entonces que eran las tres de la mañana, que era su hora de ir al baño, me aterrorice aun mas el niño vendría a buscarme al cuarto y aquella cosa lo atraparía a él también, no podía dejar que eso pasara.
Fue entonces que con las pocas fuerzas que me quedaban, agarre aquella mano fría y huesuda y la sujete para que me soltara, moví mis piernas y las use como palanca para golpear el brazo que acompañaba aquella mano-
Por un momento logre soltarme y salte de la cama, la mano me halo del cabello, sentí un gran dolor, pero moví la cabeza hacia adelante y de nuevo me solté, corrí no sin antes ver como parte de mi cabello quedaba enredados en aquellos dedos largos y huesudos, fui hacia el cuarto de los niños, no iba dejar que esa cosa violentara y les hiciera daño a mis niños. Los levantes de la cama los tomé en mis brazos los cargué y corrí hacia el pasillo, el brazo y la mano se alargaban y nos buscaban como si nos pudieran ver.
Los niños se despertaron y comenzaron a gritar, intente calmarlo para evitar que la mano nos encontrara, les pedí que se arrastraran por el piso junto a mí y les indique que cuando yo les dijera corrieran hacia la puerta de la calle, las llaves estaban cerca de la puerta.
Ahora, la mano se retorcía en el aire buscándonos y nosotros continuábamos arrastrándonos por el piso, en nuestro afán de alcanzar la puerta de salida de la casa, pero de nuevo esa cosa horrible tomo una de mis piernas, ya no me pude moverme, solté a mis hijos y les grité ¡corran, ¡corran, los niños volvieron su rostro hacia mi y se quedaron por un momento paralizados y llorando.
No se como paso, ni como mi niña lo hizo, pero de repente levanto su pierna derecha y de un solo golpe le dio a la mano una patada, mientras el niño pisaba la mano que había caído al piso con sus dos pies y de repente sonó como un hielo que se partía. Era la mano a la cual se le habían triturado los dedos y un gemido semejante al de un animal herido se dejó escuchar en el silencio de la noche.
En ese momento los tres corrimos hacia la puerta, la abrí y bajamos hacia el estacionamiento, prendí el carro lo puse en marcha y fuimos a casa de mis padres. al llegar le contamos a ambos lo que había pasado. A la mañana siguiente, volvimos a casa pero cual sería nuestra sorpresa todo estaba en orden, hasta las camas habían sido arregladas de tal forma que parecía que nadie había dormido allí.