Las condiciones escolares no están precisamente garantizadas para recibir a los estudiantes ante la situación de pandemia que aún continúa latente. Tanto el alumnado como los docentes, deben mantener al máximo las medidas de prevención e higiene, es muy importante evitar focos de propagación del virus.

En este sentido, el dividir las secciones por grupos de máximo 10 estudiantes permitiría una atención mucho más segura que atender a 25, 30 o 40 jóvenes en un mismo salón de clases y al mismo tiempo. Sin embargo, exigiría del docente triplicar su trabajo y para nadie es un secreto que eso incide en la calidad educativa que se imparte.

El nombramiento de la nueva ministra de educación universitaria, raya entre lo absurdo y el juego de cambio de silla. Una maniobra más política que meritoria.