Tal como señala, la verdad siempre será preferible a la mentira, sin importar cuán dolorosa sea esta. Quienes se acostumbran a mentir, por otra parte, asumen que los demás le creerán todo lo que dicen, como si los otros no tuviesen inteligencia ni perspicacia para dilucidar sus falsedades. Los que valoramos, ante todo, la verdad sabemos que esta es la actitud adecuada, ya que las mentiras solo traen incomodidades, equívocos y siempre terminan por desmentirse... Gracias por traernos su publicación a este concurso, amiga. Saludos...