SEC - S8W3. "¿Cuál es tu cuento infantil preferido y por qué?"

A todos nos encantan esas historias en las que participan reyes, príncipes, princesas, hadas, brujas, encantamientos, animales que se comportan como personas, dragones, castillos, madrastas malvadas... una inmensa galería de personajes y sitios mágicos en los que cualquier evento maravilloso puede ocurrir sin que nos cause extrañeza.

Los cuentos infantiles representan una prodigiosa herramienta para abrirles las puertas a la imaginación y para aprender con cada relato las virtudes del bien que siempre triunfa, además propician el inicio del invalorable hábito de la lectura.

_{Imagen diseñada en PowerPoint}

✨

¿Cuál es tu cuento infantil favorito, por qué? - ¿Los cuentos infantiles te han enseñado algo, te han marcado o influenciado en tu vida?

El cuento infantil que más valoro es El traje nuevo del emperador, escrito en 1837 por Hans Christian Andersen, el cual es conocido popularmente como El Rey desnudo, ya que en esa curiosa circunstancia se basa su argumento. Se convirtió en mi favorito desde que comencé a evaluar las lecciones que se encierran en este relato: el carácter falaz de la mayoría de los seres humanos y la sincera inocencia de un niño.

En efecto, casi todas las personas que forman parte del relato, mienten o asumen una falsa posición por un interés que se eleva mucho más allá del sentido común, por mantenerse dentro del estatus que no quieren perder. Los supuesto sastres, los que “confeccionan” el traje, engañan a todos por dinero, los asesores del Rey simulan ver la tela por conservar sus privilegiados cargos y para que no lo señalen como indignos; el Emperador se comporta igual que sus consejeros porque, si no es capaz de observar el maravilloso tejido, se encuentra desprovisto de los atributos morales para gobernar.

El pueblo que asiste al desfile solo sigue la corriente de la opinión generalizada impuesta desde las altas autoridades (esto suena muy conocido en nuestra sociedad), es incapaz por obediencia o conformismo de manifestar su verdad. Solo un niño desinteresado, ingenuo, que no tiene ningún interés que proteger, grita con exactitud exactamente lo que mira.

✨

¿Cuántos cuentos infantiles recuerdas haber leído? haz la lista, enuméralos.

No sé, en verdad, cuántos son, pero aquí anoto los que vienen a mi memoria. Platero y yo, El Principito, El flautista de Hamelín, Hansel y Gretel, Rapunzel, Blancanieves, Ricitos de oro, La Cenicienta, Pinocho, La sirenita, Peter Pan, La bella durmiente, Caperucita roja, Los tres cochinitos, El patito feo, Pulgarcito, El gato con botas, Las habichuelas mágicas…

✨

Si tienes hijos o hermanos menores ¿Le has contado un cuento infantil, ¿cuál y por qué?

Cuando mis dos hijos estaban pequeños, todas las noches les leía un cuento nuevo. Teníamos un libro que compramos en el Círculo de Lectores que se titulaba 365 cuentos para niños, uno para cada día del año. Después de la lectura, sin embargo, ellos siempre querían que les narrara, sin ningún libro a la vista, apelando solo a la memoria y a la voz, la historia de Pedro y el lobo.

Desde la primera vez que lo escucharon les encantó ese relato porque yo siempre le agregaba algo de mi propia inventiva y, de vez en cuando, improvisaba una pequeña canción con cualquier música que se me ocurriera en el momento. Al final siempre les explicaba las consecuencias que traían las mentiras de Pedro y por qué no era correcto comportarse así. Mi gran sorpresa fue que una noche se me olvidó decirles esa lección extraída del cuento y ellos exigieron que terminara con la respectiva moraleja.

✨

¿Has creado algún cuento infantil? Cuéntanos al respecto.

En nuestra casa teníamos de mascota una pequeña tortuga que nos encontramos en la calle. Mis pequeños hijos la adoptaron y la cuidaron con un esmero sin igual. Rubén Darío, el menor de los dos, siempre ha sido muy lento para realizar sus obligaciones, tardaba horas con sus tareas o en cualquier otra cosa, y todavía le cuesta ser rápido en lo que hace.

Aprovechando estas circunstancias, escribí un cuento de una tortuguita que era demasiado tranquila y sosegada para caminar, para comer y para ir de un lado a otro en su preciosa casa. Pero agregaba luego que el mundo natural de estos animalitos es así, porque Dios no les proporcionó el don de la velocidad. Y finalizaba señalando que los niños y el resto de las personas sí pueden, y comprenden que a veces es necesario, realizar sus tareas más aprisa, sin que eso signifique, por supuesto, que las hagan mal.

En cuanto les leí ese cuento, Máriel, la hija mayor, se rio con picardía y su hermano entendió en seguida el mensaje. Hasta el día de hoy conservan ese relato, impreso en aquellas hojas que les di en esa oportunidad.

_{Invito a los amigos: @aplausos, @principeleonardo y @preye2 a participar en este concurso.}

_{Nota: Todas las imágenes pertenecientes al autor fueron tomadas con la cámara del teléfono móvil, modelo: Samsung SM-A135M.}