Concurso: "Completa la Frase"

Un interesante ejercicio nos propone la amiga @ahumadaliliana29 con la finalidad de indagar sobre nuestras particularidades. Cada una de las palabras que anotamos se convierte en una evaluación introspectiva que nos conduce a precisar ciertas abstracciones para darnos a conocer sin dejarle opción a las confusiones.

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_{Imagen editada en PowerPoint/ F}

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La actividad que más me gusta hacer es: escribir.

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Se trata de algo bastante raro, ya que no me resulta fácil escribir. Mientras más lo practico, mientras más aprendo sobre esta actividad, más me doy cuenta de los errores, de los gazapos, que cometo cada vez que me dedico a ello. Sin embargo, no puedo estar sin hacerlo, porque siempre será un reto ir venciendo la página en blanco hasta lograr crear un texto que me deje satisfecho.

Encontrar la palabra adecuada, evitar redundancias, repeticiones, mantener el ritmo que me exige el carácter de la redacción y todo cuanto encierra este proceso se convierte en una apasionante aventura que me mantiene la mente sumamente activa.

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Me encanta coleccionar: cuatros.

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Desde muy pequeño me atraía este instrumento musical con una devoción inaudita; pero mi madre solo pudo comprarme uno cuando contaba ya con doce años. Antes de eso, por lo tanto, debía andar pidiendo uno prestado para poder practicar las notas y los movimientos de la mano que observaba en los músicos de mi pueblo. Debe ser por esta razón que, en cuanto comencé a trabajar, compré dos cuatros de una vez, uno para todos los días y otro para las presentaciones.

De allí en adelante, cada vez que encontraba con un cuatro que me gustara, no dudaba ni un momento en adquirirlo. La severa crisis que asola nuestro país detuvo esta costumbre y ya tengo bastante tiempo sin comprar ninguno, pero de todas formas todavía tengo una buena cantidad de ellos, a pesar de que muchos se han perdido durante el tráfago de algunas parrandas muy intensas.

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El sentido que más ejercito es: el oído.

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No sé si es una consecuencia de la experiencia musical, pero desde que me despierto en la mañana, los sonidos me orientan con una exactitud exasperante sobre todo lo que ocurre a mi alrededor. Sin abrir los ojos puedo saber si mi esposa ya se levantó, puedo escuchar las noticias de la televisión y calcular la hora atendiendo cada pequeño ruido que suena en el ambiente.

Por esta misma razón, me atraen las personas que hablan con esos acentos “cantaítos” que parecieran marcar un ritmo improvisado y me desagradan, por supuesto, los tonos de voz bruscos e irregulares. La práctica constante de esta costumbre me mantiene siempre intentando averiguar todo lo que pasa en mi entorno, atendiendo solo a los sonidos; estos me pueden indicar cuántos misterios, cuántos secretos existen detrás de cualquier mínimo ruido.

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Mi mayor cualidad es: la responsabilidad.

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Realizo todo lo que se encuentre a mi alcance para cumplir con los compromisos adquiridos, sin importar el grado de su importancia. Es una cualidad que me ha permitido alcanzar las metas que me he trazado a lo largo de mi existencia y ganarme una reputación como persona confiable. Jamás dejo de lado cualquier obligación sin haber cumplido con ella; la conciencia y el respeto que siento por lo demás no me permiten obviar los deberes que me corresponden, por más insignificantes que estos sean. Es una norma que me he impuesto para ser consecuente con las ideas que pregono.

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Tengo una especial habilidad para: memorizar.

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Fue como una herencia que obtuve de algún ancestro del cual mis padres nunca tuvieron noticias, porque siempre he contado con esta habilidad. En la escuela, solo me bastaba con escuchar al maestro una vez para luego ser capaz de repetir todo lo que había explicado. Me aprendía las canciones que me interesaban con apenas escucharlas dos veces y, si su estructura no era muy complicada, con una sola bastaba.

La señora que impartía las lecciones del catecismo en mi pueblo estuvo a punto de no dejarme comulgar porque me aprendí todas las oraciones en menos de medio día; la pobre beata asumió que era un poder maligno el que yo tenía. Debió venir el propio sacerdote a sacarla de su error. En la actualidad esta apreciada habilidad ha disminuido un poco; creo que se debe a que, como cualquier otra actividad, necesita de una práctica constante.

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_{Invito a los amigos: @tamarkislou, @arjinarahman y @zormar21 a participar en este concurso.}

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_{Nota: Las imágenes que no están debidamente identificadas con su respectiva fuente, son propiedad del autor y fueron tomadas con la cámara de mi teléfono móvil, modelo: LG-X240.}