56° Concurso de Redacción de historias: "Desmayada"

in Scouts y sus Amigos5 months ago

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Imagen diseñada en PowerPoint/ F/ F


Gloria y Jorge son una pareja que se encuentran en retiro, ellos tienen una hija, Sara, quien trabaja y estudia, vive con ellos. Cada mañana, Sara atraviesa el parque de la ciudad para ir a su trabajo, y al llegar los llama. Un día, Sara tardó más de lo habitual en llamar, sus padres la llamaron para saber si ella estaba bien, pero no atendía su teléfono, repicaba hasta que se cortaba la llamada. Empezaron a salir conjeturas, - Seguro se le descargó el teléfono y no nos pudo llamar. Dijo Jorge sin querer preocupar a su esposa.

Una y otra vez trataron de localizarla, una vecina los vio en el porche un poco angustiados, se acercó y les preguntó qué pasaba, y le contaron. La vecina dijo que tenía que ir cerca del trabajo de Sara y que al hablar con ella les llamaría. Caminó por el parque hasta que notó a un grupo de personas reunidas, se acercó y su sorpresa fue que vio a Sara en el suelo, desmayada, ¿pero qué...?

Amalia, la vecina, sin saber qué hacer se quedó algunos instantes observando el rostro pálido y exánime de Sara, daba la impresión de que ya no se encontraba en este mundo. Un hombre alto y apuesto, que se abrió paso apartando a los curiosos, la sacó de su letargo cuando le pidió que se apartara, ya que necesitaba examinar a la chica de inmediato; él era médico, dijo en voz alta para que todos lo escucharan, y se arrodilló para auscultar con detenimiento a la mujer que se encontraba en el suelo.

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Dos agentes de la ley/ F

Cuando terminó el rápido examen, levantó la cabeza y les explicó que los signos vitales se encontraban bien, y que no había localizado ninguna lesión en el cuerpo de la dama. Preguntó si alguien había llamado al 911 y Amalia le comunicó que ya debía venir en camino una ambulancia, así como los padres de la chica, quienes eran sus vecinos. Dos agentes de la ley llegaron de repente y con una indoblegable autoridad quisieron retirar de la escena a los intransigentes observadores que se hallaban en el sitio.

Sin embargo, nadie se movió de allí porque en esos precisos instantes, Sara comenzó a despertar, abrió los ojos e intentó sentarse, pero todavía estaba muy atontada, por lo tanto, el médico y Amalia la ayudaron a incorporarse. Mientras los dos policías continuaban procurando despejar el sitio de curiosos que solo dificultaban los procedimientos que se debían llevar a cabo, Jorge y Gloria, los padres de Sara, llegaron al parque exaltados y ansiosos por conocer cómo se encontraba su hija.

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Comenzó a despertar.../ F/ F

En cuanto Sara los vio, les tendió sus manos y ellos la abrazaron para comunicarle su incondicional apoyo, sus honorables sentimientos de padres protectores… Media hora más tarde, la ambulancia todavía no había llegado, pero ya la muchacha se encontraba bastante calmada y uno de los agentes quiso saber a ciencia cierta qué le había pasado, por qué se desmayó.

Aun con la voz un poco débil, Sara le hizo saber que se desvaneció por la impresión. Solo sintió el cañón de un revólver en la nuca, las palabras amenazantes y la mano registrando su cartera para llevarse las prendas de oro que vendía a crédito entre sus amistades cuando percibió que caía, sin remedio, al suelo. Lo último que recordaba era al vendedor de globos que siempre estaba en el parque corriendo despavorido hacia la plaza. "Eso es muy sospechoso -señaló en seguida Amalia- ¿por qué se fue tan de prisa y ni siquiera ha portado por aquí"? Los padres de la muchacha asintieron y los policías también intercambiaron miradas de aprobación.

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Vendedor de globos/ F

Fue en el momento en que se disponían a retirarse del parque que vieron a lo lejos los globos flotando y al hombre que los sostenía ofreciendo su mercancía a los posibles compradores. Los dos agentes corrieron a aprehenderlo de inmediato y lo trajeron ante Sara para que lo identificara. Ella no dudó ni un instante, dijo que sí con la cabeza, y con un hilo de voz temeroso y casi inaudible.

El sujeto, entonces, confesó muy asustado que corrió porque temía que la mujer que apuntaba a Sara le disparara a él también si llegaba a darse cuenta de que había visto todo. Los policías no le creyeron y ya se lo llevaban detenido, pero el vendedor insistía en su versión y les aseguró que podía mostrarle al verdadero culpable… Esa es la mujer, dijo señalando a Amalia, la vecina… Revisaron su cartera y allí estaban las prendas de oro.




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Invito a los amigos:
@jasa107,
@genomil y
@alessgsl

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 5 months ago 

Una historia que se destaca por su impredecible final, ¿quién lo iba a pensar?, precisamente, la amiga de ella y vecina, fue la que la robó y le provocó el desmayo con esa impresión.

Es incuestionable, la sangre fría con la que Amalia actuó ante todos, los padres, la gente de la plaza y la misma Sara.

Gracias por compartirnos su genial historia.

Participante # 02

Saludos.

 5 months ago 

Gracias, amigo, por las agradables palabras que le dedica a mi publicación. Siempre es un placer participar en este tradicional desafío. Saludos...

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