Con esta economía hemos aprendido a ser muy comedidos en los gastos superfluos, al menos si nuestros ingresos son modestos. Sacando cuentas, sabemos que con la cantidad con que nos damos un gusto individual podríamos adquirir algunos víveres más necesarios para todo el grupo familiar. Qué bueno que está enseñando a su hija de esa manera, no solo hay que ser prudentes en tiempos de escasez, es algo que le servirá para toda la vida.

En un principio nos molestamos cuando no se cumplen nuestras expectativas, pero es saludable pasar la página y seguir adelante con la buena actitud.

Éxitos, amigo.