¡Vamos a confesar nuestros miedos! Cruzar la calle

_{Imagen creada en Canva}
Cuando pequeña siempre me daban la mano para cruzar la calle, fui creciendo y salía acompañada, casi siempre por mi hermana, ella era la que tomaba la iniciativa de cruzar y yo iba a su lado, no sabía que tenía miedo de cruzar la calle hasta el momento que llegue a la universidad, el momento dónde me toca enfrentar una nueva etapa y sola, ya que mi hermana había tomado una carrera diferente y en otra casa de estudio.

La primera universidad donde estudié queda en una Av muy transitada de la ciudad, por suerte siempre me dejaban y buscaban en el estacionamiento y no tenía que cruzar, hasta que un día el cafetín de la universidad lo cerraron y me tocaba desayunar en la panadería que quedaba en todo el frente, la primera vez que crucé la Av me puse nerviosa, comencé a sudar, sentía mi cabeza muy caliente y mientras cruzaba me sentía mareada, muy débil y se me hacía una eternidad, como si mis pasos los diera en cámara lenta, un momento súper incómodo y de mucho miedo.

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Muchas veces tuve que esperar que alguien que fuese a cruzar para cruzar con el, en ocasiones pedir que me acompañaran y terminaba brindando el desayuno, para no cruzar sola.

Una vez sola en la Av intercomunal me tocó esperar debajo de un árbol hasta que llegara alguien a cruzar, y así pegarme detrás de el para llegar al otro lado de la Av. otras veces con mucha pena he tenido que pedir el favor de que me crucen la Av. O decirle a alguien que me diga en qué momento puedo cruzar. Porque el miedo y nervios son tan fuerte que no termino seleccionando un buen momento para cruzar.

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Hace poco que compre la bicicleta, el miedo es igual pero controlado, la vía que tomo para ir a mi lugar de trabajo es recta, pero esto, es todo un desafío cuando paso por una intersección, mis nervios se notan y cada vez que siento un carro cerca de mí, más todavía, me pongo tan nerviosa que siento que pierdo el control del volante.

por suerte siempre encuentro alguien o un grupo de bicicleteros que van hacia su trabajo trato de ir a su ritmo para cruzar la intersección con el o ellos. Antes de salir en mi bicicleta siempre le pido a Dios que me proteja y que no hayan muchos carros por dónde paso.

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Mi familia no entiende este miedo que siento, sin embargo entre mis investigaciones encontré que mi miedo es llamado Agirofobia o dromofobia, y no soy la única que lo padece, este miedo yo lo he podido controlar con el pasar de los años, ya no me da tanto miedo cruzar una calle, pero si una intercomunal, por lo que siempre evito tener que cruzar una.

¿ Y tú a que le tienes miedo ?

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