Pero no se conformó con eso, sino que al lado de otros próceres venezolanos en su mayoría, se lanzó a la liberación de Colombia, Ecuador y Perú, creando en la parte más alto de este último país, a Bolivia.

Esta última jornada fue titánica, ya que algunos países como Perú preferían seguir bajo el dominio de la corona española, entonces la lucha fue doble.

Ya liberados todos esos países, el huérfano y viudo Bolívar, que fue nombrado Libertador, cabalgó más que ningún otro soldado en la historia de la humanidad. En cada uno de esos países liberados, Bolívar siempre se hallaba solo y triste. Luego de tantas luchas, en cada uno de los países liberados se alzaban caudillos que solo pensaban en sus intereses personales y le dieron la espalda. Todos deseaban verlo muerto.

En Venezuela no lo dejaron entrar y fue expulsado de Colombia. Viaja en precarias condiciones desde Bogotá hasta Barranquilla (Colombia), con los últimos edecanes y amigos que le quedaban, sin bienes de fortuna, y sin ningún poder político ni militar.

Intentaba llegar hasta Inglaterra, pero la muerte lo encontró allí, ahora huérfano, viudo, degradado, desterrado enfermó y muy solo.

"Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro".

Esas fueron sus últimas palabras, es decir, que nuestro personaje de hoy, anda por allí, en alguna parte del cosmos, aún sin descansar.

_Wikipedia

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