Antes que mi esposo y mis hijos salieran, preparé unos bollitos de maíz amarillo, hice una salsa de tomate guisada, le agregué una lata de atún grande y quedó de lo más sabroso, lo acompañé con mantequilla y una taza de café.

Como desayuné muy temprano a las 10:00 de la mañana ya mi estómago me pedía gasolina, como merienda me comí un pedazo de torta casera que mi vecina me había regalado, estuvo exquisita.

Para el almuerzo, como estaba concentrada en la limpieza de la casa, no quise perder tiempo en la cocina, del desayuno me quedó guiso del atún, cociné una pasta larga, freí plátanos. Tenía un pedacito de lechosa, un poquito de leche en polvo y aproveché para hacerme una merengada de lechosa. Mi almuerzo estuvo sabroso y nutritivo me ayudó agarrar fuerzas para continuar con mis labores.

Para la cena me preparé una arepa bastante delgada, con mantequilla y queso y la acompañé con otra taza de café, sé que el café no me iba quitar el sueño porque, estaba súper cansada. De igual forma agradecí a Dios por haber tenido los alimentos de día y pedir que todos tengan alimentos para comer.