Hindwhale Coomunity trastoca una realidad del ser al plantearnos una pregunta retórica que nos incita a reflexionar en cómo estamos viviendo.

¿Estamos todos sacrificando la paz para ganar dinero?

Muchas veces nos encontramos en la dura pena de estar sacrificando la paz para poder ganar dinero que sirve muy bien para satisfacer las necesidades apremiantes del ser humano pero que no te dan la completa satisfacción para obtener la paz.

No sé tu; mi querido lector, pero me ha pasado en reiteradas oportunidades que me ha tocado sacrificar mi paz mental, emocional e incluso espiritual, para obtener unas monedas que me sirvan temporalmente para pagar deudas, adquirir bienes y servicios elementales.

Justamente estuve reflexionando en este texto del sermón de la montaña dictado por Jesús hace más de 2000 años a sus seguidores.

Mateo 6:24 "Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro o querrá mucho a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas."

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No podemos pretender servir a Dios y al dinero al mismo tiempo; esa es una realidad ineludible, así que es muy complicado intentar reconciliar los conceptos de paz y dinero.

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¿Qué es más sabio: gastar y ganar o gastar después de ganar y ahorrar?

Obviamente resulta más sabio gastar después de ganar y ahorrar.
Sin embargo, lo que nos vende el capitalismo actualmente es que es mejor endeudarnos para obtener los bienes y servicios materiales y luego pagar en cuotas infinitas.

Lo que nos lleva a una esclavitud financiera de nunca acabar que nos indica que debemos trabajar y trabajar para obtener dinero que nos servirá para pagar las deudas y compromisos; tal vez subir un poco de status quo y aparentar felicidad que da el dinero.

Es verdad que el tener dinero te brinda cierta satisfacción y "paz" momentánea por creer que ya estás seguro por tenerlo. Sin embargo, existen varios factores que desencadenan miedo, ansiedad, angustia por tener más o por no querer perder lo que ya tienes.

Entonces allí es en donde entendemos que el dinero no te da paz.

Aparte del dinero, ¿Qué te trae paz y felicidad?

Mi familia, mi mayor bendición, el bien más preciado que tengo son ellos; mi esposo y mis tres pequeños caballeritos; son el motor que mueve tantas cosas en mi y producen la felicidad que no se compra con dinero.

La paz de Dios excede a todo conocimiento; Jesús dijo a sus discípulos:

Juan 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

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Cuando aprendemos a descansar en Dios, podemos entender que él es nuestra paz, nos da más de lo que imaginamos, sus planes siempre son de bienestar para con nosotros y nos bendice con toda bendición espiritual; no deja a ninguno de sus hijos en vergüenza y no permite que haya un justo desamparado ni a su descendencia que mendigue pan.

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