Una senda misteriosa - Experiencias de terror/concurso @team-mexico
Era el año…en realidad no recuerdo que año, aún estaba en la universidad y mi amigo Alejandro tenía la novia de siempre que ya no es la de ahora, es decir, la de siempre de aquella época. En unas vacaciones de Semana Santa (sí, ya sé que no son vacaciones je, je) viajamos a conocer San Agustín, un lugar en el departamento del Huila, Colombia.
Este sitio era conocido por tener algunas piedras de formas bellas, reliquias indígenas. No crean que estas arqueologías salieron corriendo tras de mí, no, así no es la historia y me gustaría que dejaran de adelantarse a los hechos.
En San Agustín nos quedamos en unas cabañas rústicas, las llamó así, porque no tenían agua, ni electricidad, las ventanas estaban rotas, pero en época de paseo, todo está permitido, además eran muy económicas y cuando se es estudiante el dinero si que cuenta.
Uno de esos tantos días que estuvimos, salimos a conocer el Estrecho del Magdalena, uno de los ríos más importantes de Colombia, el más caudaloso e imponente. El paseo fue grandioso, aún recuerdo las piedras inmensas que rodeaban este río que bajaba con fuerza.
Al regresar se nos hizo tarde, había que subir una cuesta con gran pendiente. En la zona hay varios grupos armados ilegales o guerrillas, que defienden al pueblo, pero también lo atacan y sabíamos por los pobladores que estaba decretado el toque de queda en el lugar después de las 6 de la tarde y eran las 7 pm, pero, no podíamos hacer más que santiguarnos y esperar llegar bien a nuestra cabaña rústica.
Atravesamos muchos terrenos solitarios, algunos lotes para ganadería y de la nada, apareció aquella anciana, de cabello gris con blanco, nariz larga, ojos nublados por posibles cataratas y piel blanca, tan blanca que resaltaba en aquella oscuridad, donde no se veían casas, ni habitante alguno. Ella temblaba y desviaba la mirada, parecía una mujer loca y solo repetía “Váyanse de aquí”.
Nosotros le dijimos que ya estábamos regresando a la cabaña, que se nos había hecho tarde, seguimos caminando y al voltear a ver, aquella mujer ya no estaba. Todos quedamos asustados, creemos que era una bruja, porque, aunque no existen, de que las hay... las hay.
Está es mi participación para el concurso organizado por @team-mexico "experiencias de terror" que termina hoy, así que si aún no están participando, háganlo ya, no podemos perder tan grandiosos premios.
Esta historia es de la vida real, sin embargo, las fotografías aquí mostradas pertenecen a el volcán Azufral en el sur de Colombia, eso sí, fueron registradas por mí en el año 2005 y editadas para esta historia en IbisPaint, Inshot y GifMaker.
Que susto amiga @marpa yo hubiera salido corriendo al ver que la anciana no estaba.
Ja ja, por lo menos íbamos varias personas, porque era una señora bastante extraña.
Gracias por tu visita
Un abrazo
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Uay... A mí se me enchinaría la piel de sucederme a mí ese tipo de cosas. Y eso que a mí me han contado muchas cosas que le ha sucedido a mi familia hace ya unas tres décadas :/.
¡Un abrazo, @marpa!