¿Dónde pasarás este verano?

Fue la pregunta que me llego del otro lado de la línea del móvil; quedé por segundos pensativo, debido a la situación de restricción actual en aerolíneas y todo el tema de movilización de personas. Minutos atrás había visto en el buscador que hoy sábado 20 estaba iniciando el solsticio de verano en el hemisferio norte, y agregaba que el solsticio es cuando el semieje del planeta está más inclinado, entre 23° y 27° hacía el sol. En años anteriores, estos tres meses eran de libertad, caminar descalzo en la arena; claro tenía que viajar, pero era planeado con anterioridad; este año todo está en incertidumbre.

Este amanecer sucedió un año atrás, para el inicio de aquel verano ya estaba en la costa; a pesar que iba a laborar en el negocio familiar, también sacaba mi tiempo personal, todas las mañanas, antes que amaneciera ya estaba caminando y trotando, para terminar con algunos minutos de natación; toda una aventura costera, a veces hacia nuevos amigos, prometíamos reencontrarnos al otro día; cuando se presentaban, prosperaba la nueva amistad, cuando no aparecía, simplemente decía: -amistad de una ola de verano-

Cuando empezaba a despuntar el astro sol, habían cuadrillas que limpiaban las playas; algunas veces los muchachos, despistados dejaban basuras y botellas de cerveza por ahí, la noche u horas anteriores; me decía que en pocas horas se llenarían estas playas. Cada escapadita a la playa siempre me traía algo especial; sí, como dicen los poetas: “si estás atento con todo tu ser, siempre hallarás el momento mágico, esa experiencia y esa visión que capturan tus sentidos cuando estas presente en el ahora; entonces sacas tu lápiz y tu libreta y plasmas esa experiencia única”

Precisamente mi hija que está en Chile, me acaba de enviar esta foto, que tomó desde su ventana; allí inicia el invierno; y por la cuestión del virus mundial, tampoco se puede escapar a pasar el verano donde ella quisiera. Hay un pensamiento que resulta anónimo que dice: “el cabello se pone bello, la piel se torna canela, y cuando el agua se calienta, las noches se hacen más cortas, y a quienes nos gusta el verano, las olas del mar nos acarician”