Ya a las 9 de la mañana estaba camino a comprar un poco de pulpa de chorizo y luego una cabeza de ajo de tamaño regular. La pulpa de chorizo la compre para probarla. El chorizo es un embutido que se come mucho acá en Venezuela y existen muchos tipos del mismo. Nunca había visto que lo vendieran como pulpa, sin la envoltura. Así que compre 100 gramos para probar.

La cabeza de ajo la necesitaba para hacer otro fungicida natural para atacar a las hormigas, gusanos y otras plagas de manera más natural. No quería abusar del uso de la nicotina. Al final es un químico y su uso no debe ser prolongado en las plantas.

Al llegar a casa sazone y puse a macerar la pulpa de chorizo con ají, cebolla, pimentón y ajo porro. Lo deje en un envase tapado a temperatura ambiente para que agarrara gusto. Al terminar de hacer esto me fui directo a mi centro digital y me dedique inmediatamente a transcribir varios escritos que tenía planeado.

Allí pase toda la mañana y parte de la tarde. Solo me levantaba para consumir mis vicios y de nuevo a escribir. Ya para las 4 de la tarde había terminado varios de estos escritos que tenía planeado hacer y me dedique a prepararme el almuerzo.

Hice una salsa para pasta con la pulpa del chorizo. Podría decirse que una especie de salsa Boloña pero en vez de carne, chorizo. Me sentí muy realizado ya que para la base de la salsa utilice los primeros tomates maduros del huerto. Es una gran satisfacción poder usar este tupo de hortalizas sembradas y cosechadas por uno mismo.