🙇🏻‍♀️ STEEMIT ENGAGEMENT CHALLENGE S3:W4 // TRES COSAS QUE CAMBIARÍA DE MÍ MISMO Y TRES COSAS QUE MANTENDRÍA // BY @PROMETEO01🙇🏻‍♀️

Hola, apreciada comunidad. Espero se encuentren bien y que estén atravesando un mes próspero y lleno de alegría. Antes de compartirles mi participación quisiera agradecer a la comunidad @steemindia por servir de plataforma para desarrollar nuestros talentos y habilidades y al compañero @inspiracion por invitarme a participar. Sin más preámbulos, les comparto participación.

Siempre he creído que uno debe aceptarse tal cual y como uno es. Esa es la base del amor: la aceptación. Sin embargo, también se abarca en el amor propio la capacidad de mejor, de crecer, de ser más humanos cada día. En ese sentido, aceptarnos tal y como somos es identificar cuáles son nuestros puntos débiles, así como nuestras fortalezas. En el caso de lo "positivo", para no confiarnos y dar las cosas por sentadas; en el caso de lo "negativo", para corregir y transformarlo en virtud. El camino hacia nosotros mismo es largo, confuso y difícil, nos han acostumbrado a rechazarnos, así que más que hablar de cosas que quiero cambiar o dejar de mí, les compartiré aquellas cosas que de alguna u otra manera me definen.

Ser perdonador es considerado una virtud, pero cuando está es excesiva, puede traernos pesares. Recuerdo que de niño me costaba mucho molestarme con los demás, y aunque me hicieran daño, terminaba por pasar la página. En el fondo, esto me ha hecho vivir con el corazón ligero, vivo mi vida sin enemigos, sin sombras de odio en mi mochila.

Sin embargo, no es agradable ser herido cuando confiesas demasiado. Me ha pasado en muchas ocasiones: conozco a alguien, y por más que muestre mi mejor versión, el otro termina dañando las cosas. Y digo el otro aún siendo consciente de que, muy probablemente también hay una cuota de responsabilidad de mi parte, quizá ser demasiado amable es algo que genere sospecha. Lo cierto es que mis intenciones con quienes se me acercan nunca son dañinas, todos lo contrario, procuro que quienes se me acercan se sientas felices, alegres, cómodos y seguros de si mismos, es algo que me genera placer.

Sí, me han lastimado, me han hecho llorar, pero saben algo, eso no hará que me convierta en un mezquino, en alguien que vive con dobles intenciones. Claro está, he aprendido a no ser tan dado, a no entregar tanto, a mirar al otro con mayor profundidad. Bien dicen que el tiempo nos hace madurar, en mi caso es cierto. Mientras, seré feliz viviendo con el alma ligera y sin desconfiar. En el fondo, son los traidores los que pierden.

En repetidas ocasiones les he comentado que actualmente atravieso un problema gástrico. Bueno, dicha problemática proviene de la frustración, del hecho de no aceptar el error como parte fundamental de la existencia. No imaginan los dolores de cabeza que está forma de ver la vida me ha generado, las cantidades oceánicas de estrés.

Ser perfeccionista es un defecto cuando dicha actitud está por encima de los resultados, pues, uno termina por ser un eterno inconforme, y no hay nada peor que eso. Sin embargo, he aprendido y comprendido que la perfección no existe, pero sí la excelencia, que no hay nada más bello que disfrutar las cosas que amamos, que no importa que tan bien hagamos algo si no disfrutamos del proceso. Total, al final todos seremos olvidados y la muerte se encargará de borrar cualquier rastro de lo que lleguemos a ser.

Hoy vivo un día a la vez, respiro, agradezco lo que tengo y lo que hacía mí se conduce. Ahora casa cosa que realizó la hago desdel el corazón dispuesto al goce y no cómo será recibida. Pienso que lo más coherente que podemos hacer es atravesar este mundo como si fuesemos niños: es decir, con una actitud lúdica hacía todo lo que nos rodea.

Este es uno de mis talones de Aquiles. Ser acelerado ha sido algo que me incómoda internamente. Es decir, es curioso y hasta útil poder hacer varias cosas a la vez, con diligencia y prestansa. La velocidad nos permite llegar más lejos en menos tiempo, pero resulta que la vida no está hecha de metas, sino de recorridos. No hay un lugar claro a dónde llegar, pero si paisajes disfrutar.

La velocidad me ha acompañado siempre, en mis ademanes, en mis acciones, en mi forma de hablar. Esto me ha generado pequeños inconvenientes en mis trabajos. Pero, es algo que siempre estoy evaluando y trabajando. Cuando soy clases, cuando tengo eventos con Tu Arte Tu Vino, cuando actúo frente a un público. Gracias al teatro he logrado frenar un poco mis motores, pero aún queda mucho camino por recorrer. Esto es algo que sigo trabajado, mi meta es bajar mi ritmo y así poder disfrutar más de lo que hago.

Es preciso comprender que ser rápidos no quiere decir que llegaremos más lejos. Todos lo contrario, debido a la velocidad podemos estrellarnos a medio camino. Mejor ir paso a paso, a una velocidad razonable, disfrutado de los hermosas parajes que la vida nos depara, hasta que un día nos toque partir y podamos decir con cierta nostalgia y alegría: "Yo sí dejé huellas en este mundo" (aunque algun día estás sean borradas por otros).

Compartir es un placer para mí. Soy el tipo de persona que siente placer al regalar cosas. Y es que nada nos pertenece, nada puede ser nuestro, así que, para qué adueñarnos. Creo firmemente que un regalo es una forma de decirle al otro: "Entiendo que que estamos de paso, así que te obsequio esto como una forma de decirte que, aunque solo seamos sueños, te amo".

Bien es cierto que las cosas que se guardan acumulan polvo. Yo no quiero polvo en mi vida, quiero cosas frescas, palpitantes, quiero vivir en el pulso vital que hace durar a todo el universo. Pro eso intento no atarme a nada, no guardar nada, solo lo necesario o aquello que me permita prosperar. En el fondo creo que soy una especie de buscador que renuncia, es solo aún no me he tomado eso en serio. Eso sí, cómo saber si eres un auténtico generosos: facial, todos los que somos generosos padecemos de mala memoria.

Nunca somos los mismos. Así como el río en el metes los pies, y una vez hecho esto ya es otro río el en el que estás. Así mismo, la vida, todos lo que existe, cambia. Es una máxima que respetan todas las criaturas, hasta las pierdas, que aparentan estar estáticas, mientras, a nivel atómico, bailan neuróticas en los de ser nuevas piedras.

Sí, esa es una de mis máximas de vida. En ese sentido, por qué resistirnos a los dictámenes de la Naturaleza. Por qué luchar contra corriente, mejor estudiar las curvas del río y navergarlo. Esa es la razón por la cual siempre me va bien a dónde voy, porque me adapto a las situaciones (claro está, sin renunciar a mi criterio). Está es una actitud indispensable en la vida para aquellos que quieren vivir en paz y alegría, porque aquellos que se resiten, los tercos, los difícil de doblegar, terminan rompiéndome, así como el tronco, que por dársela se inavible terminó arrastrado por la tormenta.

Esto puede sonar contradictorio, pero, pese adaptarme, nunca renunció a mis puntos de vista. A menos que estos sean derribado por la razón, por la verdad. Siempre trato de hacer las cosas a mi manera, de buscar a través de mis propios medios. Existen personas como yo, que están destinadas a transitar este mundo en soledad, buscando la razón de ser del todos a su manera.

Así soy en todo, intento ser autosuficiente, pues, gran parte de mi juventud dependí mucho de mis padres y hermanos. Hoy me rescato, intento salvar cada parte de mí, de dejar huellas positivas en quienes me rodean. Me amo, porque soy, al igual que tú, un fenómeno irrepetible. Por eso me dejó fluir, a mí manera, quiero ver cómo Dios se manifiesta a través de este fragmento de su creación.