Steemit Engagement Challenge / S11W4- "La experiencia de la cirugía o lesión por accidente"

_{Imagen diseñada en PowerPoint/ F/ F}

La última cirugía que ocurrió en la familia se la hicieron a Lucía Valentina, nuestra nieta. Tenía problemas con las amígdalas, lo cual le ocasionaba constantes infecciones y cuadros de gripe, además le afectaba los oídos porque se le acumulaba mucha flema que invadía los conductos auditivos y las vías respiratorias. Después de varios años intentando solucionarlo con medicamentos, llegó el momento en que el médico recomendó la intervención quirúrgica.

Cuando me comunicaron la noticia, comencé a indagar si era conveniente practicarle esa cirugía a una niña que todavía no había llegado a los diez años, pero me explicaron que, de no hacerlo a tiempo, corría el riesgo de que no solo sufriese de las amígdalas, sino que las afecciones en los canales de la audición, y quizás hasta en los pulmones, podían tornarse de mayor gravedad. Se procedió con la operación y todo salió bien, afortunadamente.

En los casos que he conocido, la cirugía ha servido, sin dudas, para erradicar los percances de la salud. A nuestra nieta, por ejemplo, después de la intervención se le desaparecieron todas esas dolencias que antes eran recurrentes en su organismo y su existencia ha sido, por supuesto, mucho más tranquila. Lo mismo puedo decir de mi madre, a quien le hicieron una cirugía en la vesícula, debido a unos dolores agudos que no la dejaban en paz y, después pasar por el quirófano, nunca más se le presentaron dolencias de ese tipo.

En ambos casos, la cirugía fue una decisión que surgió luego de haber probado aliviar los males con otros métodos. Es decir, no se trató de una decisión intempestiva con la intención de finiquitar los problemas de manera apresurada, sino que se cumplieron una serie de pasos para determinar que la única solución posible era la cirugía.

En diciembre del pasado año, un amigo de la familia, Virgilio Centeno, se encontraba picando con un cuchillo un gran bloque de hielo, debido a que tenía las manos humedecidas y entumecidas por el frío, no pudo sostener de manera firme el instrumento que estaba utilizando, la mano resbaló, continuó con fuerza hacia abajo y el filo de la hoja le hizo una gran herida que ameritó trece puntos de sutura.

En un principio, nos asustamos mucho porque la profusión de sangre parecía incontenible, además temíamos que la lesión hubiese afectado seriamente algún hueso o articulación. Sin embargo, cuando lo llevamos al hospital general, el médico de emergencia dictaminó que solo ameritaba unos puntos de sutura.

Aunque provengo de un pueblo que, en una época pasada, por falta de médicos y personal de salud en general en toda la zona, recurría a los remedios caseros, nunca utilizó estos cuando se trataba de heridas que necesitasen ser suturadas, con lesiones que, era evidente, requerían de personal especializado. De modo que cuando se presentan estos eventos acudimos siempre a unos de los dos centros hospitalarios de esta ciudad.

Invito a los amigos:
@lirvic,
@crismenia y
@rosselena

_{Nota: Las imágenes pertenecientes al autor fueron tomadas con una cámara Sony, modelo: DSC-W180.}