Los sentimientos ante los infortunios, cuando son sinceros, emergen de forma natural... y el énfasis en esas emociones puede dar lugar al drama.

_{Imagen diseñada en PowerPoint/ F/ F}

---

¿Eres dramático por naturaleza? ¿Sí, no o tal vez? ¿Por qué?

No me considero para nada dramático, al contrario, he tenido que aprender a ser más expresivo, a manifestar con más énfasis mis emociones, debido a que muchas veces me siento incómodo ante los demás. Se trata de algo congénito, -lo heredé de un abuelo a quien no conocí, según decía mi madre- es una especie de defensa natural ante las situaciones que exigen seriedad o tristeza. En esos casos me quedo callado y esa taciturnidad no me permite más nada sino sumergirme en las profundidades de mis pensamientos.

---

¿Crees que tu sexo opuesto es más dramático que el tuyo? ¿Por qué?

Siempre se ha dicho que las mujeres son más expresivas que los hombres. Su despliegue efusivo ante cualquier circunstancia que las afecte se señala como una de las características principales de este género. Sus preocupaciones, sus cuidados, sus sentimientos y su dedicación emergen fácilmente traducidos en palabras y acciones que señalan de manera explícita sus emociones e intenciones. Y esto incluye, por supuesto, las expresiones que se corresponden con el drama.

Cabe destacar que existe una acepción de la palabra "dramático" que implica exageración, o afectación en la manifestación de las emociones. Las personas que así se comportan intentan provocar ciertas reacciones en quienes se encuentran a su alrededor, solo buscan llamar la atención. Se trata de un problema de conducta que no se puede decir que le corresponde a un solo género, tanto hombres como mujeres caen en estas actuaciones cercanas a la teatralidad.

---

Cuando te enfermas, ¿se lo cuentas a todo el mundo o te lo guardas para ti? ¿Por qué?

Cuando me enfermo no se lo digo a nadie, a menos que la situación se complique y no quede más opciones que pedir ayuda. En estos casos, procuro, en un primer momento, encontrar en casa algún medicamento que alivie mis dolencias y asumo siempre que se trata de algo que no amerita de tantas atenciones. Gracias a Dios, siempre ha sido así.

Esto se debe probablemente a que, desde muy pequeño, evitaba preocupar a mi santa madre con esos problemas, ya que estaba consciente de que pasaba todo el día trabajando para mantener a los nueve hijos que trajo a este mundo. En la noche, que es por lo general cuando se nos presentan ciertas afecciones, ella se sentaba a descansar durante las primeras horas para luego irse a dormir, y no me parecía bien molestarla con mis calamidades.

---

¿Eres de los que añade algo de dramatismo a la situación, o cuentas las cosas como realmente suceden?

La única manera que les agregue cierto dramatismo a las situaciones que cuento, además de otros datos que contribuyan a crear expectación e interés en los receptores, es que tenga que comunicarlas por escrito. Cuando estoy redactando, me esmero en los detalles, en las exageraciones y en todo lo que pueda impactar al lector. Si, en cambio, comunico los hechos a través de la expresión oral, me limito a referirlos tal como sucedieron.

La verdad es que he tratado de aprender, de manera verbal, a realizar las narraciones con esa misma prolijidad que fácilmente emerge en la escritura, pero no he podido. Se trata a fin de cuentas de dos escenarios muy diferentes.

---

¿Qué drama has creado en la vida o en público? Cuéntanos todo al respecto.

Como ya señalé anteriormente, no soy muy dado al dramatismo, pero recuerdo que en cierta ocasión, cuando contaba con once o doce años, mi madre me llevó a la medicatura del pueblo porque tenía un dolor de oído que no se calmaba con nada. En el centro de salud, había una larga fila de personas esperando que el médico las atendiera, lo cual para mí era una gran contrariedad, debido a que aquel dolor era tan fuerte que me estaba atormentando.

Decidí entonces, para que me atendieran rápido, comenzar a proferir los más lastimeros quejidos que me salían del alma y de repente simulé caer desmadejado en los brazos de mi madre. En seguida vino la enfermera y ayudó a mi progenitora a transportarme hacia el interior de la medicatura. El galeno, después de examinarme, colocó unas gotas en mi oído y me recetó un ungüento… Mi escena dramática dio resultado.

---

---

---

---

---

Invito a los amigos:
@lirvic y
@paholags