Desde que inició la pandemia ha cambiado mi ritmo de vida, generalmente estoy sola en casa porque los demás; mis hijos y esposo, pudieron retomar, sus actividades pero yo debo cuidarme siempre, mis afecciones alérgicas y enfermedad respiratoria son condiciones que me ponen en jaque mate ante este virus.

En realidad era una persona asidua al trabajo siempre he tratado dar un poca más, pero esta situación me ha hecho pensar de otra forma, mi jefe me llama y cuando no me siento bien le soy clara y le digo que no estoy dispuesta hacer el esfuerzo para montarme en un bus para asistir, pero si el necesita yo puedo trabajar desde casa, y en realidad ese trabajo desde acá es más duro porque no hay horario y muchas personas no respetan eso. Hace unos días sonó mi teléfono a las 3 de mañana y me desperté asustada cuando veo una compañera pidiendo que le enviara unos recaudos.

Ignore el llamado y trate de dormir por lo menos dos horas más. Creo que de verdad debemos poner nuestra vida y salud como una prioridad, yo daba mi vida por mi trabajo pero allí me pueden sustituir fácilmente, pero en mi familia es más duro. Así que me cuido por mis hijos y esposo porque ya mis padres no están con vida.