El café. Elucubraciones.
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Hoy amanecí bebiendo café, y por lo que se vislumbra, duraré todo el día dándole a esta especie de hobby, que me entretiene más que cualquier juego de mis apetencias.
Y es que el café me trae tanta placidez espiritual y relax físico, que es algo que no puedo evitar, y que cada día va abarcando mayores espacios, no solo de mi vida, sino también de la vitrina, que exhibe varios empaques de distintas marcas, pesos y tamaños.
El café brinda conmigo, en ausencia de esa persona que no se encuentra cerca, y me subyuga ese sabor que, por cierto, es uno de las delicias más agradables que he podido probar en mi vida.
Cuando estaba joven bebía mucho este líquido, pero al llegar a 30 años de edad, ya dejé de consumirlo mucho porque la psicología del pueblo surte mayor efecto que el de la gente de pueblo, que sabe de toco, y con precisión. Obvué esa psicología, y volví con el café.
Es todo por ños mpmentos, y ya me voy a retirar porque tengo que beberme un café.